User-agent: Mediapartners-Google Disallow: El Club de la Cazuela: Cocina tradicional o cocina de vanguardia

2.12.10

Cocina tradicional o cocina de vanguardia


Nos guste o no, la cocina creativa también llamada de vanguardia es la que ha puesto a la cocina española, esa gran desconocida en Europa hasta el siglo XX, en el primer plano dentro del panorama internacional de la alta cocina. Hablando de tú a tú a la cocina francesa, - y ya es decir mucho- considerada esta como una de las más elegantes y refinadas, y cuya influencia ha sido siempre el referente de la buena mesa. Desde que Catalina de Médicis la exportara desde la Italia renacentista a Francia durante su regencia. Catalina se trajo toda una partida de cocineros y pasteleros que dejaron en la corte francesa su refinamiento en la manera de cocinar y de servir los alimentos, desde entonces la comida se presenta en la mesa de manera racional y siguiendo un orden, no todo a la vez. Sus banquetes en el Palacio Real de Fontainebleau, en1564, se hicieron famosos por su grandiosidad y lujo.

Con la escasez y la inanición que aún recuerda buena parte de los estómagos de este país, ya es toda una paradoja que seamos nosotros y más concretamente catalanes vascos, quienes sean la vanguardia de la cocina mundial. Donde los gurús de la “nueva cocina”, grandes chefs entre otros como Arzak, Subijana, Berasategui, Ruscalleda, o Ferrán Adría, este último está considerado por los entendidos como el que más tendencia está creando en la escena culinaria internacional.
Podríamos perdernos entre las técnicas que emplean unos y otros; en deconstrucciones, infusionados, aires, espumas, texturas, nitrogenados, esferificaciones y otras virguerías mas, que a mi modo de ver están más en consonancia con una cocina del futuro. Y es que, hoy en día cuando entramos en un restaurante, ya sea de línea tradicional o de corte vanguardista, lo hacemos por el puro placer de gozar con la comida y de disfrutar con los cinco sentidos.
Cataluña y País Vasco , comparten el estrellato con siete restaurantes que ostentan el máximo galardón de las codiciadas tres estrellas Michelín. El Bullí de Ferrán Adrià Rosas (Girona), Arzak de Juan Mari Arzak (San Sebastián), Martín Berasategui de Berasategui, Lasarte (Guipúzcoa), Akelarre de Pedro Subijana, (San Sebastián), Sant Pau de Carme Ruscalleda, Sant Pol de Mar (Barcelona), Can Fabes de Santi Santamaría, Sant Celoni (Barcelona), y El Celler de Can Roca de Joan Roca. (Girona) que en esta edición 2010 se ha subido al carro de los triestrellados.
La gastronomía andaluza tiene en el restaurante La Alquería, de la Hacienda Benazuza, en Sanlúcar la Mayor (Sevilla), su máximo exponente con dos estrellas, al que hay que añadir el Calima (Marbella) de Dani Garcia que en esta edición 2011 ha conseguido su segunda estrella.


Estrellas que tanto cuesta ganar y mas cuesta perder, porque esto ha sido motivo en no pocas ocasiones de ansiedad para más de un cocinero, al que le ha costado una depresión, e incluso la vida cuando le han quitado una estrella a su restaurante.
Si empezamos por considerar que la cocina es un arte tendremos que aceptar también que la cocina no solo sea evolutiva sino también innovadora. Aunque considero que no se pueden perder los mimbres que conforman la cocina clásica, entendida esta como nuestras sensaciones gustativas la recuerda. Al igual que el Prêt-à-porter convive con la Alta costura, los restaurante que elaboran una cocina más tradicional frente a los que hacen Alta cocina, están condenados a convivir en el amplio escenario de la restauración, y tan merecedora de elogio es para mí una, como la otra.

Aunque mis olores y sabores son de la cocina regional, esto hace que me incline mas por la cocina tradicional, eso sí, no sin ciertos matices porque soy partidario de una cocina que combine conceptos clásicos y en la que se fusione con toques nuevos, teniendo en cuenta también los nuevos hábitos en el comer dado que hoy en día, se tiende a cocinar con menos grasas y con cocciones más cortas.
Ya no se trata tanto de salir de estos templos de la gastronomía con la panza llena, y aflojándose el cinturón, se busca cada vez más y se pone más énfasis en que el cliente salga satisfecho. Porque soy de los que piensan que hay que procurarle placer al paladar y evitarle acidez al estómago.

Texto publicado en la sección de gastronomía "El Club de la Cazuela" de la revista Nuestro Ambiente, número de noviembre 2010

1 comentario :

Unknown dijo...

Otro fan de la cocina de siempre.