User-agent: Mediapartners-Google Disallow: El Club de la Cazuela: Entrantes y Tapas
Mostrando entradas con la etiqueta Entrantes y Tapas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Entrantes y Tapas. Mostrar todas las entradas

2.5.11

¡Hay caracoles!


Estamos inmersos en la temporada del caracol, un periodo que comienza con la entrada de la primavera y concluye bien entrado el mes de junio. En este espacio de tiempo tiene lugar un fenómeno gastronómico de temporada en el que se elabora uno de los platillos más apreciados en Montilla y su comarca, como son los caracoles. Bien sean cocinados en caldo con hierbabuena los más pequeños, o en salsa los más grandes, también llamados popularmente cabrillas.


Existe toda una larga tradición en torno a la cocina de los caracoles, donde la afición de los montillanos por este pequeño molusco gasterópodo perteneciente al género Hélix viene de muy antiguo. Los más veteranos recordarán las desaparecidas tabernas de los hermanos “San bombilla”, Antonio y Mariano Varo León, legendarios taberneros que llegando esta época del año en sus madrugadoras tabernas apostadas a ambos lados de la plaza de abastos de Montilla mudaban al mediodía su característico olor a café y aguardiente por el fresco aroma de la hierbabuena que afloraba de aquellas humeantes cacerolas llenas de apetecibles caracoles. La clientela hacía cola para degustar el platillo de caracoles y el vasito de caldo. Tabernas que alcanzaron fama por su especialidad en la maestría de los guisos de caracoles, hasta que finalmente tras la jubilación de sus propietarios cerraron sus puertas.

Por eso ahora cuando la primavera vuelve a inundar de ambiente las plazas y las terrazas de gente dispuesta a disfrutar de una tapa de caracoles y una copa de vino, o de una fría caña de cerveza nos damos cuenta de que el ciclo se repite un año más aunque nos hayan cambiado el decorado y los actores. Y es que, el punto de salida de la temporada caracolera viene marcado cuando se ve en la puerta de los bares el escueto cartel con el conocido reclamo: "Hay Caracoles". No se trata de una nueva moda incorporada a nuestra gastronomía, pues como he comentado esta afición es de largo recorrido y se ha convertido en toda una tradición culinaria. Prueba de ello son los innumerables establecimientos que siguiendo la estela de aquellas añoradas tabernas siguen cocinando hoy en día los populares caracoles en caldo, y los caracoles gordos que se elaboran en salsa hecha con un sofrito de cebolla, tomate… y un majado de pan frito como principales ingredientes, y a la que se le añade trozos de chorizo y jamón, y un toque picante.

Para los que les deleitan los caracoles tienen una cita obligada en el Bar Francés, Bar Carrasquilla, Taberna La Chiva, o Taberna Los Barriles… cuyas cocinas se han ganado con los años merecida fama en la elaboración de estos guisos.

En Córdoba son típicos los puestos de venta de tapas de caracoles que se instalan a pie de calle por los barrios. Sirva de ejemplo decir que en la capital se consumen más de dos toneladas diarias, lo que nos puede dar una idea de la afición que existe hacia estosmoluscos de tierra.Aunque la cifra nos puede parecer elevada, es Francia el primer consumidor mundial de caracoles que ellos denominan escargots y que están integrados en su gastronomía. Los franceses cocinan principalmente los gordos y una de las formas que tienen de prepararlos consiste una vez cocidos en no más de cinco minutos, rellenarlos con una pomada hecha con mantequilla, chalota picada, ajo, perejil y sal. Se pasan por el horno otros cinco minutos, y se sirven en la misma concha. A esta popularidad contribuyo de manera notable la nouvelle cuisine liderada por el gran chef Paul Bocuse, que incorporó a la alta cocina francesa los Escargots a la Bourguignonne.

El caracol es muy delicado, tanto para su cría que se le denomina helicicultura, como para cocinarlo, y no necesita largos hervores, tan solo precisa una ligera cocción. De ahí el que veamos en algunos sitios vasos de caracoles encogidos y oscuros por cocciones prolongadas. Es tan delicado o más que el cuidado que ponemos en la cocción de una gamba blanca. La carne del caracol tiene una calidad nutricional destacada, un alto contenido en minerales y es pobre en grasas y colesterol, siendo su valor proteico superior al de las ostras y los huevos. Incluso la industria cosmética también le ha encontrado buena aplicación a las babas de caracol que según publicitan regenera la piel. Sin duda se trata un producto completo, pues a la vez que tomamos un alimento reconstituyente, nos brinda además la posibilidad de darle lustre al rostro.


Manolo Casas, espumeando este popular guiso de caracoles

La receta: Caracoles en caldo
Ingredientes:
- 1 kg. de caracoles
- 1 pastilla de caldo de ave
- copa de vino fino (opcional)
- 2 ramas de hierbabuena
- 1 guindilla o cayena
- agua y sal

Elaboración:

Los caracoles bien sean comprados en el mercado o cogidos en el campo -silvestres- conviene dejarlos al menos un día en ayunas. Incluso se le suele poner un poco de harina o pan rallado en la red con objeto de que se limpien interiormente.
Se deben de lavar bien en un barreño con agua. Cambiando esta varias veces hasta que salga limpia.
Una vez limpios y escurridos los echamos en una olla con agua y unas ramitas de hierbabuena. Ponemos en el fuego que debe estar muy suave
para que vayan tomando confianza. Cuando tengan todo el gañote fuera subimos el fuego y los sorprendemos.
En un mortero machacamos una guindilla pequeña o cayena con un puñadito de sal, vertemos un vaso de vino y diluimos una pastilla de caldo de ave pasando todo por un colador antes de echar la mezcla a la olla. Muy importante, retirar la hierbabuena en los primeros hervores para evitar que se infusione y el caldo se ponga oscuro. Sobre todo no dejar de espumear hasta que el caldo quede limpio. Sazonamos, y retiramos del fuego dejando que reposen, y ya están listos para comer. 

4.10.10

Del pulpo Paul al pulpo a la gallega

Este mes de Septiembre he comenzado a ser colaborador habitual en la revista montillana "Nuestro Ambiente", con una sección gastronómica -como no podía ser de otra manera-, que espero guste a los lectores de esta decana publicación montillana. En esta primera entrega me pareció oportuno comentar del pulpo por el protagonismo que ha tenido este cefalópodo en este reciente Campeonato Mundial de fútbol. Donde esta vez han sido otros los que han vertido ríos de tinta para hablar de un pulpo, y mas concretamente de Paul, cuyo protagonismo como talismán de "La Roja" era noticia en todos los diarios.
De la misma manera deseo compartir con todos vosotros amigos de El Club de la Cazuela, un fragmento del texto y la receta publicada.

...Quiero contaros ahora algo que ha pasado durante el Mundial de fútbol donde no sólo nos hemos traído la copa de campeones. Paralelo a este acontecimiento se estaba produciendo un fenómeno en torno a un pulpo al que llamaban Paul -como si no lo supieseis ya, queridos lectores-, y que se ha hecho famoso por sus predicciones futbolísticas. ¿Se imaginan ustedes si en vez de haber sido todo un talismán para la Roja hubiese sido un bicho de mal agüero? Le hubiesen dado la del pulpo…, vamos, más palos que a una estera. Lo cierto y verdad, es que el pulpo se ha puesto de moda y se consume ahora más pulpo que en años anteriores.

Los pulpos siempre han gozado de poco afecto entre la sociedad, a excepción de Paul, claro. No tiene muy buena reputación este animal de ocho patas y tres corazones. Hay escritores que lo han descrito como un gigantesco monstruo sediento de sangre y con fuerza para triturar barcos. Incluso en el argot popular se le dice a alguien huraño o mal encarado que es un pulpo y, de igual manera, se le dice pulpo a la persona de manos sueltas que todo lo manosea o todo lo soba. Pero, donde la cosa cambia de proa a popa y toma especial predicamento este cefalópodo es en la mesa, en la que se despoja de todos estos prejuicios y leyendas populares.

El pulpo a la gallega, o también llamado a feira, es todo un lujo gastronómico que podemos encontrar en toda la geografía española. Pero recomiendo, si se tiene la posibilidad de visitar Galicia, que lo degusten en cualquier taberna, restaurante o en uno de los muchos puestos de pulpeiras. Es un plato muy popular que ha traspasado las fronteras de su origen gallego, e incluso en muchos bares de Montilla lo exhiben en sus vitrinas como si de una de sus especialidades se tratara. Esto se entiende porque los montillanos somos buenos aficionados a este platillo.

A la hora de cocinarlo, hay que desterrar esos falsos remedios para ablandar su carne, como la de poner un corcho en el agua durante la cocción o echar unas monedas de cobre y, por supuesto, a mi pulpito ni tocarlo, nada de golpearlo para que la carne se ablande.

Por lo general, el pulpo (Octopus vulgaris) que se comercializa por estos mercados es fresco congelado o cocido congelado, o en conserva, de manera que su carne se ablanda al producirse la congelación.

LA RECETA: Pulpo a la gallega

Ingredientes:
1 pulpo de unos 2 kg. aprox.
1/2 kg. de patatas pequeñas
Sal gorda (al gusto)
Pimentón picante (a ser posible De la Vera)
Aceite de oliva virgen extra

Elaboración:
La olla de cobre que suelen utilizar las pulpeiras podemos sustituirla por una marmita (una olla más alta que ancha) a la que pondremos agua suficiente para cubrir a nuestro pulpo. Cuando el agua rompa a hervir, lo introducimos sujetándolo por la cabeza y, sin soltarlo, “lo asustamos”. Esta técnica consiste en meter y sacar el pulpo 3 o 4 veces de la olla provocando choques de frió y calor para conseguir que al pulpo no se le rompa la piel durante la cocción. Dejamos después el pulpo cocerse durante unos 40 o 45 minutos. Una vez cocido, lo sacamos y echamos las patatas pequeñas peladas y las cocemos durante 15 minutos. Cocidas las patatas, las cortamos en rodajas y cubrimos con ellas el plato. Troceamos el pulpo con ayuda de unas tijeras y se reparte por encima de las patatas. A la hora de condimentarlo se hace por este orden: primero la sal, luego el pimentón picante (hay quien pone una parte de picante y dos de dulce, según gustos) y finalmente el aceite de oliva virgen. Y ya solo queda disfrutarlo.

¡ Buen provecho!

7.7.10

Caracoles gordos en salsa


L
os cordobeses somos unos apasionados de los guisos de caracoles, y desde que empieza la temporada en marzo con la entrada de la primavera, hasta el mes de junio, se estima en mas de dos toneladas diarias el consumo que hacemos de estos pequeños gasterópodos. Y aunque puede parecer elevada la cantidad que deboramos los cordobeses hay que entender que su consumo esta muy arraigado en las costumbres gastronómicas de esta provincia. Pero a pesar de este dato es Francia el primer consumidor mundial de caracoles que ellos llaman escargot y que están integrados plenamente en su gastronomía.

La cocina francesa y su nouvelle cuisine liderada por el cocinero Paul Bocuse incorporó a su alta cocina los escargot. Una de sus preparaciones una vez cocidos consiste en rellenarlos con un aliño de mantequilla, chalota picada, perejil y horneado ligeramente. Lo que hasta entonces era un plato de mesa sencilla ha pasado a convertirse en un manjar presente en las cartas de los mas finos restaurantes franceses.
Quien ha visto la película "Prety Woman" recordará la famosa escena del restaurante, en la que una bella Julia Robert se enreda con los cubiertos, dando lugar a que los escargot salieran disparados del plato como si tomaran vida propia. Y el camarero cazando el escargot al vuelo. Eso si, con total discreción.

Ingredientes (6 personas)
2 kg de caracoles
200 gr. de jamón serrano
200 gr. de chorizo
4 cucharadas de salsa de tomate
2 cebollas
1 pimiento verde
1/2 pimiento rojo
3 dientes de ajo
1 vaso de vino blanco
1 hoja de laurel
1 cayena
aceite
sal

Preparación:
Se recomienda dejar los caracoles en una bolsa de red con un poco de harina, y tenerlos en ayunas todo el día para que limpien el intestino. El siguiente paso es lavarlos bien hasta que no suelten babas. Una vez que están bien lavados y aclarados se echan en una olla con agua que pondremos a fuego muy suave con unas ramas de hierbabuena. Cuando estén todos con el gañote fuera se sube el fuego hasta que queden asfixiados -no conviene pasarse en la cocción porque luego hay que guisarlos- Se apartan y se ponen a escurrir.
Preparamos ahora una cazuela con un chorreón de aceite de oliva para hacer un sofrito. Añadimos la cebolla, los pimientos troceados, los ajos enteros y una pizca de sal. Cuando este todo bien sofrito sacamos y pasamos por la batidora. En el mismo aceite mareamos el chorizo cortado a rodajas y luego por la mitad (media luna) y el jamón cortado a taquitos. Ponemos el vaso de vino, la cayena, el laurel y vertemos el sofrito triturado. Añadimos a la cazuela los caracoles bien escurridos y la salsa de tomate. Sazonamos, y dejamos cocinar a fuego lento durante 15 minutos para que los caracoles tomen la salsa. Este guiso resulta mas sabroso cocinado horas antes de comerlo.

19.12.09

Menú Navideño: Los aperitivos


El insustituible Jamón ibérico, Berenjenas a la miel, y una variada muestra de montaditos.


Comenzamos ofreciendo una variada propuesta con opciones que van desde los clásicos aperitivos a base a jamón, queso, caña de lomo, y otros embutidos que nunca deben faltar en la mesa. Los montaditos que pueden ser de salmón, gulas, anchoas, etc... También unas berenjenas rebozadas en masa orly , pasando por los entrantes a base de mariscos. La intención es daros una pequeña idea para que vosotros mismos confeccionéis vuestro menú para estas fiestas navideñas.

Al igual que ocurre en muchos restaurantes donde se ha extendido la costumbre por parte de los comensales de solicitar unos aperitivos para compartir, y concluir con un plato que suele estar compuesto por pescado o carne. Nosotros proponemos algo en esta linea para que los invitados a la mesa familiar puedan degustar de entre esa variedad de entrantes, y concluiremos en sucesivos post con unas jugosas propuestas de pescados y carnes.

LOS MARISCOS
En este enlace podéis ver los tiempos empleados para la cocción de los mariscos

7.12.09

Mejillones con pipirrana

En un anterior post tratamos de los apetitosos mejillones en el que desgranábamos sus características y valores nutritivos. Así como, las enormes posibilidades que ofrece a la hora de ser cocinados. En esta ocasión los hemos acompañado con una pipirrana rellenando la concha, esto hace que al comerlos combinemos los sabores de la carne de mejillón y el picadillo aliñado en un solo bocado. Resulta un excelente aperitivo porque el mejillón nunca desentona. Y preparado de esta manera es una tapa muy popular que se puede ver en la vitrina de algunos bares. Para este tipo de tapas que llevan vinagre en su elaboración siempre será mejor acompañarla con una fría cerveza, y dejar el vino para otra ocasión.

Ingredientes:
1 Kg. de mejillones
2 pimientos verdes
2 cebolletas
2 tomates
sal
vinagre
aceite de oliva

Elaboración:
Para prepararlos al vapor debemos primero lavarlos bien y con ayuda de un cuchillo raspar la concha y quitar las barbas que suelen traer adheridas. Ponemos una olla al fuego y los introducimos. Como cada maestrillo tiene su librillo, o sea su técnica, diré que hay quien pone un poco de agua en la olla para ayudar a la cocción acompañado de unas hojas de laurel, incluso hay quien en la cocción los riega con un vaso de vino blanco. Tengo que decir que este alumno de cocineros los cuece al vapor sin mas, eso si, cuidando de ir sacando los mejillones conforme se van abriendo y observando que estén hechos. Es bien conocido que en la familia de los bivalvos no hay una ley física que indique que todos se abrirán a la vez. Por esta razón, recomiendo ir sacándolos conformen se vayan haciendo porque no hay peor visión, y gasto mas inútil que unos mejillones encogidos por exceso de cocción.

Una vez que están fríos le retiramos la concha y los dejamos en la concha a la que esta adherido. Preparamos ahora la pipirrana picando todo muy menudo, los pimientos, el tomate, las cebolletas y se va echando todo a una ensaladera. Finalmente se aliña con sal, vinagre y el aceite de oliva. Se mueve bien todo para que esta picada tome bien el aliño. Con ayuda de una cuchara los vamos rellenando y depositando en una fuente o plato para presentar en la mesa.

31.10.09

Gambas al ajillo

Son muy pocos los que se resisten a degustar esta apetecible tentación culinaria, y es que, la visión de una cazuelita de gambas al ajillo recién hecha en su chisporreante aceite despierta los paladares mas dormidos.
Ayer mientras preparaba este delicado entrante estaba disfrutando de una copita de vino fresco de tinaja de la vendimia de este año. Solo han hecho falta un par de meses para que se produzca el milagro en el que el mosto se convierte en vino nuevo. Ahora es el tiempo de visitar los lagares de la sierra y disfrutar de este producto natural en un entorno de naturaleza.

Bajo de las bodegas y las tinajas, y regreso a la preparación de las gambas al ajillo que es de lo mas fácil y a la vez delicado de hacer, porque no conviene que se cocinen en exceso, pues quedarían algo gomosas y para mi gusto las gambas deben de quedar tiernas y jugosas.

En algunos establecimientos del tapeo suelen servirlas en cazuela, tapada con un plato para que se terminen de cocinar delante del cliente.
Este es un plato que hay que comerlo recién hecho y muy caliente, ese es el motivo por el que conviene servirlas en cazuela de barro por que guardan por mas tiempo el calor después de retirarlas del fuego.

Ingredientes:

gambas peladas (para aperitivo 125 gr. por persona aprox.)
3 dientes de ajo
aceite de oliva
guindilla pequeña
perejil picado
sal

Preparación:

Si son congeladas hay que dejarlas que se descongelen por su pie, esto llevará unas horas -si no puedes esperar ya sabes, al grifo, aconsejo no sacarlas de su bolsa- las gambas cada vez vienen con mas hielo y lo que a primera vista nos parecen unas gambas de buen tamaño luego nos llevamos el desengaño al comprobar que han sido engordadas con capas de agua. Una vez descongeladas hay que ponerlas a escurrir bien.

Ahora ponemos al fuego una cazuela con aceite de oliva y sofreímos los ajos laminados y la guindilla pequeña, a continuación echamos las gambas y sazonamos. Antes de que se hagan espolvoreamos con el perejil picado, y llevamos a la mesa para disfrutar de esta humeante delicia.

14.10.09

Buñuelos de Bacalao

Buñuelos de Bacalao
Según he podido leer en la wikipedia gastronómica, la primera receta conocida de una masa para buñuelos fue recogida por Marco Gavio Apicio en su obra De re coquinaria ("sobre la materia de la cocina") autor romano del siglo I de nuestra era, durante el reinado de Tiberio.

Al haber tenido la oportunidad de conocer sobre la antigüedad de esta masa cuya formula se sigue utilizando en la actualidad, he valorado mas si cabe la importancia de esta composición a base de harina, agua, levadura, huevo, que luego es frita en abundante aceite. Aunque también se asocia al buñuelo entre las costumbres de la sociedad morisca que habitaba en los territorios del Sur de la Península Ibérica. En nuestros días el buñuelo se ha convertido en un bocado típico, degustándose en las festividades más señaladas del territorio como la Semana Santa, la Pascua, las ferias... Son muy populares los que se elaboran en la capital andaluza (Sevilla) durante la feria, donde se pueden ver a las vendedoras elaborando los afamados buñuelos de viento. En justa competencia con los tradicionales churros.

Su elaboración varía según la costumbre de cada lugar y puede llevar un relleno dulce a base chocolate o crema, y luego está el salado que habitualmente se elabora con bacalao.

Con un poco de bacalao desalado y desmigado nos disponemos a elaborar estos buñuelos. Un bocado que resulta exquisito como aperitivo y apenas presenta dificultad para su elaboración.

Ingredientes: (para 4 personas)
250 gr. de bacalao desalado
100 gr. de harina
1/2 botellín de cerveza
¼ cucharadita de bicarbonato o levadura royal
2 dientes de ajo
1 cebolleta
ramillete de perejil
2 huevos
aceite para freír.

Elaboración:
Se desala el bacalao y una vez bien escurrido se corta muy menudo con con cuchillo y reservamos . Hacemos lo mismo con la cebolleta, los ajos y el perejil.
Se prepara un bol grande para hacer la pasta con la harina, la cerveza, la levadura y mezclamos todo bien para incorporar a continuación la picada de bacalao, ajo y perejil. Batimos los dos huevos y se los echamos ligando todo muy bien. La pasta tiene que quedar ni muy clara ni demasiado espesa, para que a la hora de coger pequeñas bolas con la cuchara se desprenda bien para freír.

Una vez terminada la mezcla conviene dejarla reposar para que la levadura haga su función. Ponemos al fuego una sartén con abundante aceite que debe alcanzar la temperatura óptima de fritura, y vamos echando con la cuchara pequeñas porciones separadas unas de otras. Una vez doradas sacamos, dejamos escurrir en papel absorbente y servimos recién fritos.

20.9.09

Flamenquín con champiñón

En un anterior post destallábamos los ingredientes y la forma de elaborar el popular flamenquín con jamón, típica tapa cordobesa muy arraigada por estos lugares, y que cuenta con incondicionales seguidores muchos de ellos -entre los que me encuentro- han echado los dientes consumiendo esta delicia de carne con relleno de jamón.

El típico flamenquín que gusta tanto a grandes como a pequeños esta presente en la minuta, o lista de tapas que ofrecen los establecimientos de hostelería de esta zona. Por ejemplo, el restaurante Los Arcos, es de los pocos que ofrecen en su carta esta otra forma de consumirlo se trata del Flamenquín con champiñón, un plato que resulta muy apetecible, y que en este lugar lo presentan en cazuelita de barro o de loza. El único inconveniente que le encuentro es que tienes que pedir a Miguel o Antonio Comino los camareros-propietarios que atienden la sala, mas pan para terminar el plato y su salsa. Está verdaderamente rico, y de paso, se le cambia al tradicional flamenquín su fieles acompañantes, las consabidas patatas fritas y la mayonesa.

El cocinero de los Arcos es Paco Comino también socio, y durante muchos años trabajo coco con codo con el desaparecido Joaquín "el bayoneta" un excelente cocinero que preparada los callos a la andaluza, los riñones al Montilla, la carne mechada o la lengua de ternera cocida, como nadie. Y que hoy se puede seguir saboreando estas y otras especialidades salidas de esta apreciada cocina.

Voy a tratar de explicar como se prepara este apetecible plato siguiendo los pasos de la popular receta, pero en esta ocasión vamos a acompañarlo con champiñones en salsa. Para ello preparamos una sartén a la que ponemos un poco de aceite y echamos una cebolla muy picada, cuando este pochada añadimos el champiñón laminado, una pizca de sal, un vaso de vino y una cucharadita de harina para que la salsa espese un poco.
Si tuviésemos salsa española solo tendríamos que añadirla al champiñón omitiendo el vino y la harina. Pero como en la casa no es habitual tener este tipo de salsa, añadiremos junto con el vino o diluida en un poco de agua media pastilla de caldo de carne. Dejamos cocinar hasta que reduzca quedando la salsa y reservamos. Freímos el flamanquín y lo dejamos escurrir en papel absorbente para a continuación trocearlo y ponerlo en una cazuela sobre la que verteremos nuestro salsa de champiñones bien calientes. Y solo nos queda disfrutar de este plato tomando una copa vino un fino de Montilla, o en su defecto el vino de calidad que tengamos a mano. ¡Buen provecho!

13.8.09

Tomate con anchoas

Tomate natural con anchoas Desde que comienza el verano no me faltan en el frigorífico los afamados "tomates de Montilla". Se trata de una variedad de tomate que los mas antiguos hortelanos consideran autóctona de esta zona. De carne rosacea y escasas pepitas, su piel es muy fina, y su sabor inigualable, resultan ideales para tomarlos en crudo, bien en ensaladas o cortados en media luna con sal gorda y una pizca de pimienta por encima, y si se le ponen unas anchoas el resultado es una tapa refrescante y deliciosa. También los ejemplares mas maduros y rojos son ideales para elaborar el gazpacho y el salmorejo.

Es tanta la demanda de estos tomates que hasta su precio también es diferente. Y se pueden ver perfectamente dispuestos por los puestos del mercado de abastos, donde los venden mas caros que otras variedades de tomates.

El tomate es sinónimo de verano, sobre todo el tomate que se cultiva en las huertas, y el tiempo óptimo de su recolección se lleva a cabo durante los meses de julio y agosto.

Tomates de la huerta de Agustín HerradorA veces, uno recibe un agradable regalo como estos hermosos tomates, y es que para algo debe de servir tener amigos hortelanos. Gracias, Agustín.

Las plantas de tomates, llamadas tomateras llegan a alcanzar metro y medio de altura.

9.6.09

Picaillo

Fuente de <span class=

Mucho ha cambiado la manera de preparar el picaillo si la comparamos con el que se hacía antes en ambientes rurales y en macetilla de barro. Y es que antiguamente este variado picaillo componía parte del menú que los jornaleros comían en el campo. En unos tiempos en los que se trabajaba de sol a sol y no había tiempo de volver a casa para comer y regresar al tajo. Esa era una de las razones que obligaba a llevarse el fardel con la comida para pasar la jornada. Hay que entender que los tiempos de los que hablo el medio de transporte más común eran las mulas y las bicicletas, hasta que aparecieron las primeras Mobylettes. El invento francés de 1949 esa especie de bicicleta reforzada con motor y pedales fue el icono de la vida rural hasta que dejaron de fabricarlas.

Cuando las gentes del campo paraban para comer era ese el momento de relax donde el trabajador se tomaba un respiro y con relativa calma se preparaba la comida. Se sentaban al pie de un chueco de olivo y empezaban a sacar los avíos de la cestilla de mimbre. La macetilla de barro se ponía entre las piernas y comenzaban echando un par de dientes de ajo, sal, la yema de un huevo duro, y una patata cocida. Con la ayuda de la machacadera majaban aquellos ingredientes hasta lograr una pasta a la que se le ponía un poco de agua para diluirla. Después con la ayuda de la navaja que cada hombre del campo siempre suele llevar en el bolsillo se picaban los tomates, pimientos verdes, cebolla y pepino si encartaba. Se aliñaba con aceite y vinagre que curiosamente estaban juntos en el mismo botecito pero no ligados. Esta ensalada sencilla de preparar se comía empapando trozos de pan, y una vez terminado, el caldo que quedaba en la macetilla se le añadía agua fresca del botijo y se bebía a modo de gazpacho.

Nada que ver con este picaillo que he preparado hoy que mas bien es una mezcla de "patatas aliñadas" muy popular en Sevilla, o "pipirrana" típica de Jaén, o "picadillo extremeño" que lleva los mismos ingredientes que he puesto en esta ensalada pero ellos le añaden un poco de agua.
El picaillo es el nombre que por aquí le damos a una buena ensalada de tomate, pimiento, cebolla, ajo... que constituyen los ingredientes básicos de cualquier picaillo.

Como se puede ver los diferentes picaillos conservan los ingredientes principales pero con los matices propios de cada lugar. Que casi siempre viene marcado por la calidad de las hortalizas que producen las huertas de cada comarca. Es tanta la importancia que este plato frio tiene en el mundo rural que hasta se organizan concursos de picaillos, en Carcabuey (Córdoba) sin ir mas lejos.
Esta es una buena propuesta para estos meses de calor ahora que las huertas empiezan a producir buenos tomates y pimientos. Una vez preparado se debe de guardar en el frigorífico hasta la hora de comer para tomarlo bien fresco.

1.6.09

Crispín

Personal del restaurante Las Camachas (año 1968), podemos ver en la fila de camareros y tercero por la izquierda a Antonio Berral Graciano "El Niño los Cabos", al que se considera artifice del popular Crispín.

Crispín

El crispín es una típica tapa de la localidad cordobesa de Montilla, que esta presente en todos los establecimientos de la zona que presumen de tener buena cocina. El saber popular adjudica la cuna y el artífice de esta singular tapa montillana, situándola en la cocina del Bar "El Niño" y en las manos del desaparecido Antonio Berral Graciano "El Niño los Cabos". Tras su paso por el afamado restaurante Las Camachas, probo suerte y abrió su propio negocio donde dejo todo su saber y experiencia en la cocina de este bar que estaba situado -digo estaba porque hace un par de años sus últimos propietarios los trabajadores que tuvo El Niño terminaron cerrando- en la avenida Puerta de Aguilar. Dicen quienes le conocieron bien que era un gran aficionado a los toros y en su juventud tuvo alguna ocasión de demostrar sus lances. Del oficio de su padre que era zapatero le viene el curioso sobrenombre con tintes taurinos que lucía con orgullo. Con el tiempo y en honor a su padre y su gremio bautizaría esta creación culinaria con el nombre del patrono de los zapateros "San Crispín" (19 de noviembre). Desde entonces y hasta nuestros días seguimos disfrutando de esta popular delicia gastronómica que nos dejo El Niño los Cabos.
El crispín consiste en un rollito de rosada o merluza en cuyo interior encierra un relleno a modo de bechamel fria con cuerpo -tipo masa para croquetas-, que va empanado y frito acompañado de tomate kepchup y mayonesa (salsa rosa) por encima. En esto del relleno también hay quien lo hace de patata cocida.

Ingredientes:
(para seis crispines)
6 filetes de rosada o merluza
250 gr. de gambas peladas
1 cebolla mediana
harina
leche
aceite de oliva
huevo
pan rayado

Para esta salsa rosa
5 cucharadas de mayonesa
2 cucharadas de tomate kechup

Preparacion:
Primeramente hacemos un refrito con la cebolla muy picada cuando este dorado añadimos las gambas troceadas. A continuación, ponemos la harina, la leche, una pizca de sal y removemos hasta formar la bechamel como si hiciéramos masa para croquetas. Una vez que la masa adquiera el grado deseado y esta se despegue de la sartén volcamos sobre una fuente y dejamos enfriar para poder trabajarla después, este será nuestro relleno.

Preparamos el filete envolviéndolo en papel film para que no se rompa a la hora de extenderlo con la palmadera, golpeamos con suavidad el filete que debe estar cortado fino, puede ser de rosada o merluza y hubo un tiempo donde también se utilizaba el mero -en esta ocasión hemos utilizado rosada-.
Una vez extendido ponemos encima la masa a todo lo largo y envolvemos dándole forma de rulo. Pasamos por harina, huevo, y pan rayado y damos forma con las manos para que quede apretado y no se abra a la hora de freírlo. Si es necesario se pasa nuevamente por huevo y pan rayado. Una vez frito se deja sobre papel de cocina y finalmente se pasa al plato y se cubre con la salsa rosa.
Esta, amigos mios es la receta del famoso
Crispín que hemos querido compartir con todos vosotros y de manera especial con María una montillana que estudia en París y que tanto añora a su pueblo y a nuestra gastronomía.
Se puede degustar esta delicia entre otros establecimientos en los restaurantes: Las Camachas, Don Gonzalo, Los Arcos,... al precio mas que razonable de 3 euros.

12.5.09

Salpicón de marisco

Para evitar herir susceptibilidades he decidido cambiar el titulo de este post que un principio titule "Salpisco de Maricón" utilizando el juego de palabras que creara el recordado Antonio Garmendía, recogido en su libro "El gastromerón andaluz" en el capitulo titulado "Tapas con hipérbaton". Y como podrán observar consiste en cambiar las silabas finales de las palabras, oigamos como suenan:
"Patadas aliñatas"
"Pulga a la gallepo"
"Bacalate con tomao"
"Champillo al ajiñón"
"Croqueras casetas"
"Huesa con mayonevas"

"Boquerotos frines"
"Salpisco de maricón"...


Este lenguaje que en una primera lectura puede resultar un galimatías fue empleado en su Caseta de Feria de Sevilla con bastante éxito. Sirva pues, este post para mantener vivo su recuerdo y también como sentido homenaje a este poeta, escritor, gastrónomo, y sevillano hasta la medula; al que echaremos de menos oír su voz en el programa de radio de Carlos Herrera, eso, y el genio de su singular pluma.

El salpicón de mariscos es muy popular por estas tierras del Sur y también ocupa un lugar destacado en la gastronomía en general
. La preparación que tiene como base la picada de tomate, pimiento y cebolla, difiere de una zona a otra por su versatilidad para mezclar con una amplia variedad de marisco. Pero como siempre decimos la calidad reside en seleccionar una buena materia prima y que el marisco este bien cocido. Aunque en este caso la calidad también la proporciona el bolsillo, pero se puede hacer un decente salpicón sin hacer muchos alardes marisqueros, el mercado ofrece un amplio abanico de sustitutivos.

A la hora del maridaje al salpicón le ocurre como a los encurtidos, que es difícil buscarle pareja en el vino. Muy al contrario la cerveza creo que es la bebida que mejor combina y mejor soporta las vinagretas porque contrarresta la sensación de astringencia que provoca el vinagre. Una tirada de cerveza bien fría y una tapita de salpicón conforman un aperitivo ideal.

Ingredientes: (6 personas)
- 3 tomates
- 2 pimientos verde
- 1 pimiento rojo
- 1 cebolla grande
- 250 gr. gambas peladas o langostinos
- 250 calamaritos
- 350 pescada o rosada
- sal
- vinagre
- aceite de girasol

Elaboración:

Se lavan las hortalizas y se cortan en pipirrana (trocitos menudos). A continuación se cuece el marisco que vamos a emplear y una vez frío troceamos la rosada, los calamaritos, las gambas las ponemos enteras y mezclamos todo. Preparamos una vinagreta con el aceite, el vinagre de vino de Montilla (siempre haciendo patria de nuestros productos), la sal al gusto y aliñamos el salpicón. Finalmente guardamos en el frigorífico hasta la hora de servir.

23.12.08

La elección de un buen jamón

Rafael Rubio "América", elije un jamón de la bodega.
Se aproxima la Navidad y con ella el mes de mayor consumo de jamón de todo el año. Esto es debido principalmente a la costumbre que existe con las cestas navideñas y donde las empresas tienen a bien regalar un jamón a sus empleados. También contribuye que en estas fechas se organicen un gran número de comidas de empresa, de amigos y compañeros, y fundamentalmente familiares donde se suele tener la alacena provista de buenas viandas y en la que no falta una buena pieza de jamón.

Del jamón en tiempos pasados se ha llegado a decir: "cuando un pobre come jamón o está malo el pobre o está malo el jamón". También he oído decir a modo de sentencia: "El jamón ha salvado más vidas que la penicilina". No hay que olvidar su alto valor nutritivo y el gran aporte de vitaminas y minerales que contiene entre los que destacan el hierro y el zinc, tan importantes en nuestra alimentación.

Existen dos tipos bien diferenciados de jamones, el serrano (o de bodega) también llamado blanco que su alimentación es a base de piensos. El jamón serrano tiene tres etiquetas, la oro, la plata y la gran serrano donde se definen los períodos de curación del jamón. Según la Fundación del Jamón Serrano, los jamones que llevan la contraetiqueta de la Fundación se presentan en tres gamas de curación:
PLATA, para jamones serranos con curación de 8 a 11 meses; ORO, para jamones serranos con curación de 11 a 14 meses y GRAN SERRANO para jamones serranos con más de 14 meses de curación.

Y luego está el ibérico también llamado de pata negra, cuya alimentación hace que se englobe en tres categorías:
Jamón ibérico de bellota, alimentado con bellotas y criado en montanera, donde el animal en verano pasta en libertad por la dehesa sin el cómodo pienso, esto le obliga a moverse y buscar la comida, en este caso las bellotas. Se consigue con estos largos paseos que su grasa se infiltre en los músculos aparte del complemento de su natural alimentación.
Jamón ibérico de recebo, los primeros meses alimentado con bellotas y el resto hasta su engorde con piensos.
Jamón ibérico de cebo, alimentado de principio a fin con piensos.
Los cordobeses tenemos la gran suerte de tener en nuestra comarca una de las mejores denominaciones de origen en la elaboración de productos de calidad procedentes del cerdo como es la D.O. Valle de los Pedroches.
Las denominaciones de origen reconocidas del cerdo ibérico son:
Jamón Ibérico D.O. Jamón de Huelva. Jamón elaborado en la sierra de Huelva, en los pueblos de Aracena, Cumbres Mayores, Cortegana, Jabugo, etc. que conforman la zona de elaboración de de la Denominación de Origen Jamón de Huelva.
Jamón Ibérico D.O. Los Pedroches. Forma exterior alargada, estilizada, perfilada mediante el llamado corte en V. Conserva la pata y la pezuña para facilitar su identificación. Color característico del rosa al rojo púrpura y aspecto al corte con grasa infiltrada en la masa muscular.

Jamón Ibérico D.O. Jamón de Guijuelo. Desde el siglo XVI los cerdos característicos de esta denominación se crían en las estribaciones de las sierras de Gredos y Béjar, dentro de las comunidades autónomas de Castilla y León y Extremadura, así como en Andalucía y Castilla-La Mancha. La zona de elaboración amparada está constituida por 77 municipios del sureste de la provincia de Salamanca, siendo la localidad cabecera la propia Guijuelo.
Jamón Ibérico D.O. Dehesa de Extremadura.
La zona de producción se sitúa en las dehesas de alcornoques y encinas de Cáceres y Badajoz. Del total de superficie de dehesa de la península, Extremadura cuenta con cerca del millón de hectáreas.

Pero independientemente del jamón que se elija, blanco o ibérico tenemos que tener en cuenta varios aspectos en los que deberíamos de fijarnos antes de comprar el pernil. Con una serie de detalles visuales podemos seleccionar el producto que queremos.
- Su origen.
- Su aspecto es uno de los primeros indicadores de su calidad.
- Un jamón serrano excelente debe tener un aspecto externo redondeado en su parte inferior,
un tamaño grande y gran cantidad de grasa. Además, es muy importante su firmeza.
Esto se comprueba tomando el jamón con ambas manos, por la parte más ancha y haciendo
presión con los dedos pulgares. No debe ser duro, pero tampoco excesivamente blando.
- Elegir una marca que nos ofrezca garantía de calidad.
- Hay que observar el periodo de curación que debe figurar en la etiqueta.
- Hay que buscar que el jamón tenga una buena cobertura de grasa y que la parte inferior del
jamón al menos tenga una cantidad de tocino de más de un dedo. Esto será indicativo de que la
grasa infiltrada en el interior va a ser suficiente.

Y para distinguir un jamón ibérico son esenciales algunos aspectos a tener en cuenta: que la pezuña sea negra y sin pelo, que la caña sea larga y que sea muy fina; cuanto más fina es, más puro es el cerdo, y pasando al corte se debe apreciar que las lonchas sean brillantes por el bajo punto de fusión de la grasa debido a la alimentación con bellotas. La carne magra de color rojizo con vetas de grasa entreveradas, y en lo referente al paladar que decir de su sabor único.

El jamón no es un embutido, es una pieza noble del cerdo curada eso quiere decir que ha tenido una transformación que lo hacen de muy fácil digestión. Aparte la cantidad de grasa no supera el cinco por ciento mientras que los embutidos pueden llegar a alcanzar hasta un 70 por ciento.

Un buen corte marca la dif
erencia.

José Morales, es todo un experto loncheador de jamón.

Un buen corte del jamón realza su sabor y aroma, mientras que un mal corte puede estropear incluso un jamón de gran calidad. Las lonchas deben de ser cortas y tan finas como sea posible. Un buen jamón se saborea mejor recién cortado.

José Morales, emplea varios cuchillos bien afilados para el corte del jamón, uno de ellos largo y de hoja ancha para la limpieza del jamón -paso previo antes de empezar el loncheado-, y otro largo para sacar esas finas lonchas que tan bien saben en la boca.
El caché de un maestro loncheador como José puede oscilar en torno a los 250 euros. Y el tiempo que puede durarle un jamón hasta que lo deja en el hueso es de hora y media.

Sigamos algunos de sus consejos para no tener accidentes domésticos esta Navidad.
Comenzamos por fijar la pieza en la tabla con la pezuña hacia arriba si se prevé un consumo rápido, y hacia abajo si se va a consumir más lentamente. Con el cuchillo ancho se realiza un corte vertical, no muy profundo, que trace una línea alrededor del jamón sin llegar al hueso. A partir de ahí, se va retirando la corteza sólo en la parte que se va a cortar. El tocino del jamón se tiene que conservar para cubrir posteriormente las partes abiertas y evitar que se reseque.

Durante el corte es muy importante que la mano siempre este detrás de la hoja del cuchillo, nunca delante, procurando no distraerse y prestar atención a lo que se está haciendo.

Solo queda acompañarlo con un buen vino y que ustedes lo disfruten.

30.11.08

Ensalada templada de naranja

Ensalada de naranja picadaEs tiempo de naranjas en la ciudad productora de Palma del Rio (Córdoba) enclavada en el Valle del Guadalquivir, por sus tierras discurre el rio Guadalquivir y su afluente el Genil, el cual tiene su desembocadura en esta localidad. Esto, unido a su clima mediterráneo hace de esta zona un lugar privilegiado para el cultivo de las naranjas. Las variedades más conocidas son las diferentes naranjas Navel (Navelina, Newhall y Navel-Late) se las denomina así a causa del ombligo (navel en inglés), situado en el punto donde había estado la flor, y la no menos conocida variedad "Salustiana", y la "Cadenera" mas apropiada esta para su transformación en zumo.

No vamos a descubrir ahora las excelentes cualidades de estos cítricos, pero si diremos que la naranja dulce es más nutritiva, mientras que la naranja agria es más medicinal.

Según he podido conocer las primeras naranjas que llegaron a España lo hicieron por el Este de la zona mediterránea con las caravanas de Alejandro Magno (356-323 a. C). Pese a lo que muchas personas puedan creer las naranjas que cultivaban los árabes eran las naranjas agrias como planta decorativa y recolectaban miel de azahar y con la expansión del Islam, la fruta llegó a España.

Aún hoy se continúa con la costumbre árabe de plantar los naranjos agrios y podemos verlos decorando calles y plazas. Siendo este fruto bien aprovechado, porque se recolecta para formulas magistrales de farmacia y entre otros elaboraciones también esta la de hacer confituras.Naranjas de Palma del Rio (Córdoba)

Ingredientes: (6 personas)

- 6 naranjas
- 3 cebolletas
- 2 dientes de ajo
- 3 huevos duros
- aceite de oliva virgen extra
- 3 latas de Melva o atún (24o gr.)
- sal

Elaboración:

Se pelan las naranjas y se cortan los gajos por la mitad. En una sartén a fuego suave sofreímos las cebolletas troceadas y los ajos picados con una pizca de sal hasta que se poche. Incorporamos la melva escurrida de aceite damos una vuelta y apartamos. Vertemos en un bol junto con la naranja picada y le ponemos un poco de aceite de oliva virgen que removeremos lentamente. Montamos los platos y decoramos con los huevos duros.