User-agent: Mediapartners-Google Disallow: El Club de la Cazuela: Sopa de Pescada

17.12.08

Sopa de Pescada

Sopa de pescada (c) 2008 El Club de la CazuelaEn alguna ocasión he oido a mis mayores decir -sobre todo cuando se ponen a contar sus vivencias- "cuando los recursos escasean la imaginación se afina". Que gran verdad. Por esta razón, entre otras vengo a ofreceros esta antigua receta de una sencilla sopa de pescada que se sigue cocinando por aquí, y que no encierra ninguna dificultad en su elaboración. Y por supuesto, sus ingredientes no pueden ser mas asequibles.
Esta sopa bien calentita nos puede solventar la cena como plato único, o bien, puede ser un magnífico primer plato en el almuerzo.

Ingredientes: (4 personas)
- 2 l. de agua aprox.
- 1 pescada pequeña fresca o congelada
- 1 cebolla grande
- 3 dientes de ajo
- 1 ramita de perejil
- hoja de laurel
- aceite de oliva
- sal

Elaboración:

Ponemos al fuego una olla con agua en la que echamos la pescada cortada en rodajas junto con los ajos pelados y cortados, y la cebolla cortada en aros. Añadimos una pizca de sal, laurel, la ramita de perejil y un chorrito de aceite de oliva. Dejamos cocer a fuego medio por espacio de 25 minutos.

Una vez transcurrido este tiempo sacamos la pescada si es fresca y colamos el caldo por si quedara alguna espina. Volvemos a poner la pescada troceada limpia de raspas y piel junto con los ajitos, los trocitos de cebolla y el caldo colado. Se puede servir con unos picatostes y un poco de perejil como decoración.

4 comentarios :

Anónimo dijo...

Tu "pescada" supongo que es lo que llamamos pescadilla.

José Alfonso Rueda dijo...

Muy recomendable también en días de "indisposición" tras largas noches de fiesta.

Julio Portero dijo...

Supones bien, amigo elo. Este tipo de sopas sencillas no requieren de mas aditamentos.

Julio Portero dijo...

Amigo camachuelo, esta es una sopa que ya la hacía mi abuela, en unos tiempos en los que había mas imaginación que avíos que echar al puchero. Ahora como bien dices, es el mejor remedio para restaurar el cuerpo maltrecho. Máxime en estas fechas de excesos gastronómicos.