Me gusto la armoniosa composición que hacían la vieja cafetera, el tarro de perejil, el limón, y el paño rojo de cocina sobre el mármol blanco. Y es que, la cocina tienes mucho juego de cara a la fotografía, con esos espacios mágicos que merecen un encuadre y que a veces nos pasan desapercibidos.
Esta es una de esas escenas que me pasaron inadvertidas hasta que un día alguien dejó el limón recién cogido y el paño junto a los demás elementos. Y este es el resultado.
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