
Ayer mientras preparaba este delicado entrante estaba disfrutando de una copita de vino fresco de tinaja de la vendimia de este año. Solo han hecho falta un par de meses para que se produzca el milagro en el que el mosto se convierte en vino nuevo. Ahora es el tiempo de visitar los lagares de la sierra y disfrutar de este producto natural en un entorno de naturaleza.
Bajo de las bodegas y las tinajas, y regreso a la preparación de las gambas al ajillo que es de lo mas fácil y a la vez delicado de hacer, porque no conviene que se cocinen en exceso, pues quedarían algo gomosas y para mi gusto las gambas deben de quedar tiernas y jugosas.
En algunos establecimientos del tapeo suelen servirlas en cazuela, tapada con un plato para que se terminen de cocinar delante del cliente.
Este es un plato que hay que comerlo recién hecho y muy caliente, ese es el motivo por el que conviene servirlas en cazuela de barro por que guardan por mas tiempo el calor después de retirarlas del fuego.
Ingredientes:
gambas peladas (para aperitivo 125 gr. por persona aprox.)
3 dientes de ajo
aceite de oliva
guindilla pequeña
perejil picado
sal
Preparación:
Si son congeladas hay que dejarlas que se descongelen por su pie, esto llevará unas horas -si no puedes esperar ya sabes, al grifo, aconsejo no sacarlas de su bolsa- las gambas cada vez vienen con mas hielo y lo que a primera vista nos parecen unas gambas de buen tamaño luego nos llevamos el desengaño al comprobar que han sido engordadas con capas de agua. Una vez descongeladas hay que ponerlas a escurrir bien.