El cocinero Carlos Rodriguez Roldán "Carloto", el que fuera a lo largo de su trayectoria profesional jefe de cocina de los reconocidos restaurantes de Montilla: Las Camachas, Los Arcos y Don Gonzalo, se nos fue el pasado sábado a la edad de 76 años, después de haber pasado por una penosa enfermedad complicada por una caída que le tuvo varios meses ingresado en el Hospital Universitario Reina Sofia de Córdoba. Como avanzamos en un anterior post, tuvo que pasar por el quirófano donde le sobrevinieron algunas complicaciones, que hicieron temer por su vida. Pero finalmente este veterano cocinero supo ahuyentar en ese momento a la dama de la guadaña hasta el punto de recibir el alta médica del centro.
Meses mas tarde cuando todos creíamos que poco a poco se iría recuperando en su domicilio rodeado de los suyos, recibimos la triste noticia de su muerte.
De Carloto nos queda el recuerdo de su vitalidad, el amor por la cocina de esta tierra, y el oficio que supo inculcarle a toda esa prole de bisoños pinches que atendían con ojos despiertos como el maestro cocinaba. Chavales entonces que empezaban en este sacrificado oficio de cocinero, y que hoy por hoy, todos ellos son experimentados cocineros que llevan con orgullo haber sido discípulos del "Chef Carloto".
Carlos Rodriguez, nació en Córdoba en el seno de una familia de trabajadores con pocos recursos, y que, por necesidades de la época que le toco vivir tuvo que ponerse a trabajar de muy joven guardando cochinos por las dehesas de de la sierra. Como a él gustaba decir, orgulloso de su primer trabajo.
Fue una persona que junto con otros jóvenes de su tiempo vivió momentos duros en los que apenas llegarían a enseñarle en la escuela las cuatros reglas. Pero el jovén Carlos Rodriguez estaba dotado de un afán de superación poco común, y supo como nadie recoger el saber que enseña la academia de la vida. Lo que le sirvió a larga para desarrollar esa cualidad que atesoraba y que al final le hizo convertirse en un respetado cocinero.
Carloto llegó a Montilla por primera vez a principio de los 60 un día 10 de junio, -si mal no recuerdo- ya traía la experiencia de la cocina cordobesa y su equipaje lo componía una pequeña maleta de cartón que dejó en consigna en el Bar los Barriles para que se la guardarán. Porque ese mismo día tenía una entrevista de trabajo con "Los Cobos" bodegueros y fundadores del restaurante Las Camachas. De aquel día contaba Carloto que cuando fueron a recogerlo el encargado le dijo que se pusiera una corbata. Carloto saco su carácter y le dijo: "quien coño es un bodeguero para que yo tenga que ponerne una corbata para pedir trabajo".
Hombre autodidacta, saboreo como pocos la satisfacción de haber dado de comer a príncipes y reyes -los nuestros-, políticos, artistas, toreros, y gente de la farándula se contaban entre los muchos comensales de notoriedad que degustarón su cocina. Y de todos recibió elogios por lo que bien que habían comido. Ese momento de reconocimiento es el mejor homenaje que un comensal le puede hacer a un cocinero, y a Carloto, un hombre muy entregado siempre a su trabajo aquello le llenaba de satisfacción, y le hacía feliz.
Por eso, no es de extrañar la expresión que dijo en su última entrevista en la revista de feria de Fernán-Núñez, pueblo en el que residía: “Ojalá hubiese tenido alguien una cámara por allí para inmortalizar esos momentos…”
Los que tuvimos la suerte de conocerle sabemos que era verdad, y no necesitamos el documento gráfico para que nos lo confirme.
Allá donde te encuestres, descansa en paz. Maestro de cocineros.
16.3.10
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6 comentarios :
Decanse en paz.
Un abrazo
Que así sea. Gracias, y otro abrazo para tí.
Aunque no lo conocìa, por lo que he leído ha sido un gran hombre y un excelente cocinero.
Mi mas sentido pésame por la gran pérdida
Gracias Chary, la verdad es que era un gran profesional, y fué una persona que dedicó toda su vida a la cocina cordobesa. Le echaremos de menos.
Hola Julio: Soy Ana, una de las hijas de Carlos.
Hoy hace exactamente una semana que nos dejó y la pena es muy grande.
Te escribo porque me gustaría darte las gracias por lo bien que has escrito siempre sobre nuestro padre.
Hacerte también saber que lo hiciste muy feliz con tu artículo llamado: Carloto, maestro de cocineros. Fue un merecido homenaje que le brindaste espontáneamente con tu estilo sencillo, culto y respetuoso. Juan Jesús, amigo y encargado de la redacción de la Revista de Feria de Fernán-Núñez, hizo posible que tu homenaje fuera conocido aquí también al incluir tu escrito en un extenso reportaje sobre mi padre. Gracias, Juanje.
Julio, un placer conocerte aunque sea via Internet. Sigue trabajando en tu blog, en mi opinión un sitio web excelente para quien quiera saber mucho y bien de la cocina montillana y cordobesa. Saludos desde Fernán-Núñez, donde tenéis vuestra casa. ANA.
Ana, gracias por tus palabras.
Quiero en nombre de los compañeros de Don Gonzalo, y en el mío propio, que recibas nuestro más sentido pésame. Te pido que lo hagas extensivo también a tus hermanos.
Sin duda echaremos de menos a tu padre, porque en infinidad de ocasiones, sobre todo cuando fijamos la mirada en el pasado ha sido protagonista de nuestra conversación la figura del amigo y compañero Carlos. Siempre tendrá un bien ganado sitio en nuestros corazones.
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