Los pestiños, un dulce sutil y delicado de Cuaresma que se elabora en esta zona aproximándose la Semana Santa. No es fácil hacer un buen pestiño, una vez frito debe quedar crujiente y sin exceso de aceite una combinación que no todos consiguen.
Los pestiños se engloban dentro de las denominadas "frutas de sartén". Una vez reconquistada Andalucía, la elaboración genuinamente morisca de buñuelos, flores, pestiños y otros dulces, se refugió misteriosamente en las casas de religión.
La abuela Aurora es una especialista maravillosa para las frutas de sartén, de modo que en los días previos a la Semana Santa, no le damos tregua para que nos haga borrachuelos, torrijas, y los genuinos pestiños que se deshacen en la boca.
Ingredientes:1,25 Kg. de harina,
canela molida,
azúcar,
matalahúga,
400 cc de vino blanco de Montilla-Moriles,
1/2 l. de aceite de oliva,
sal, y una copita de anís seco.
Elaboración de la masa:
Primeramente, preparamos una sartén donde pondremos el aceite con una cebolleta cortada en dos mitades y mantenemos hasta que la cebolla contrarreste la acidez del aceite sacamos y ponemos la peladura de limón antes de que dore apartamos del fuego, colamos el aceite.
En un bol grande tendremos dispuesta la harina formando un volcán, la matalahúga (pimpinela anisum) , vertemos el aceite y con ayuda de una cuchara de madera mezclamos bien, después iremos poco a poco incorporando el vino que previamente hemos calentado con un poco de sal. La masa empezará a tomar cuerpo y es ahora cuando hay que arremangarse y seguir amasando con las manos. Se tapa la masa con un paño de cocina y se deja en reposo al menos dos horas.
Elaboración del pestiño:
Sobre una superficie lisa, previamente espolvoreada con harina se estira la masa con un rodillo hasta que quede muy fina. Hacer con la masa pequeñas bolas del tamaño de una albóndiga, La abuela utiliza una cañita sustituyendo al rodillo, se doblan por el centro formando un lazo, por algo se le llama también pestiño aquí en Andalucía a la pajarita que lucen los caballeros en el cuello sobre la camisa cuando se acicalan.
Se fríen en aceite abundante y bien caliente y se escurren sobre papel de cocina, después se pasan a una bandeja para cubrirlos con azúcar y canela.