30.9.07
Mercados de Sicilia (Italia)
25.9.07
Cañaillas
Llevaba bastante tiempo sin ver este caracol marino por el mercado. Al igual que a su pariente cercano el busano (Murex trunculus) de concha mas robusta que la cañailla y puas y sifón mas cortos.
Fué de la mano del cocinero Carloto de quien conocí este, para mí, desconocido molusco por aquel entonces. Siempre me llamaron la atención sus formas, y no en pocos sitios he visto estas pequeñas caracolas adornando el mueble principal del salón comedor; como si de un suvenír se tratara.
Aún sabiendo que tiene muchas y, buenas aplicaciones en la cocina como acompañante de otros platos o formando parte de algunas salsas, manifiesto mi poca predisposición a variar la forma de cocinarlos. Estoy seguro que sería una tarea algo difícil el cambiar ahora el gusto de los mas mayores y, sus entretenidas veladas hurgando con el ganchito hasta pescar el apreciado bocado que se esconde en el interior de la cañailla. Y es que siempre se han comido así, desde los tiempos de María castaña.
Para cocer este molusco primero hay que lavarlos bien y, poner al fuego en un recipiente que los cubra de agua. Se añade 30 gr. de sal por litro, y dejamos cocer por espacio de 8 minutos.
24.9.07
Tarta de Queso
Por este motivo, cada vez que recuerdo la tarta de queso digo con resignación, y con palabras del argot taurino: que tarde me distes.
Ingredientes:
3 bases de bizcocho
300 ml. de nata para montar
300 gr. de queso sin sal (Philadelphia)
Azúcar
100 gr. almendras
Cacao en polvo
1/2 puro de canela
Preparación:
En primer lugar nos dispondremos a preparar un almíbar con agua, azúcar y la canela. Que nos servirá para regar nuestras bases de bizcocho cuando el almíbar este frío .
Para hacer nuestra crema de queso necesitaremos un bol donde pondremos el queso con un poco de azúcar, incorporamos la nata montada y movemos de abajo hacía arriba con ayuda de una
varilla.
Ahora que esta todo preparado comenzamos a formar la la tarta, empezamos por poner la base de bizcocho que regaremos con el almíbar y espolvoreamos con cacao. Cubrimos con una capa gruesa de crema, calculando que tenemos que poner tres capas. Ponemos otra base de bizcocho, regamos y cubrimos de crema. Repetimos la operación hasta terminar napando de crema la última base, y espolvoreando la superficie con cacao en polvo. Terminamos poniendo las almendras molidas alrededor de la pared de la tarta y, finalmente guardamos en el frigorífico hasta la hora de servir.
23.9.07
Lubina al "Viña Verde"

Ingredientes: (4 personas)
Lubina por persona (250 gr. aprox.)
2 Vasos de vino "Viña Verde"
Aceite de oliva
2 chalotas
Sal
Pimienta blanca
150 gr. mantequilla
200 ml. de nata liquida (brik pequeño)
yema de huevo
Preparación:
Para limpiar las lubinas, practicamos un corte en la ventresca y sacamos las vísceras, luego otro corte longitudinal del cogote a la cola introduciendo el cuchillo pegado a la raspa; separando los lomos de la raspa central. Una vez extraídos los lomos le quitamos la piel. Para hacerlo cogemos por la parte mas fina del lomo con la piel hacia abajo y poniendo el cuchillo en 15º empezamos a tirar de la piel en zig-zag, y que el cuchillo vaya haciendo su trabajo.
Para la salsa de vino:
Mientras se hacen los lomos de lubina, picamos las chalotas muy finas, y en un cazo doramos con la mantequilla y un poco de aceite para evitar que la mantequilla se queme. Cuando todo este dorado añadimos un vaso de vino. Mientras, habrá transcurrido el tiempo de horno de las lubinas y el jugo que ha quedado en la placa se lo incorporamos a nuestra salsa. A continuación añadimos la nata y la yema de huevo, movemos bien corregimos de sal y apartamos del fuego. Y ya tenemos la salsa que acompañara a las lubinas.
Para servir, presentamos dos lomos por persona en platos individuales con un poco de salsa por encima. La guarnición la dejo a vuestro gusto, pero me inclino por acompañarlos con unas patatas y zanahorias torneadas y cocidas.
17.9.07
Restaurante Sol de España (U.S.A.)

Joaquín Serrano, es un restaurador andaluz y más concretamente cordobés del pueblo de Espejo. Ha pasado mucho tiempo, más de 30 años desde que sus paisanos lo vieran marchar por primera vez para los Estados Unidos. Pero, nunca ha olvidado sus raíces y procura sacar tiempo para visitar cada año a sus familiares y amigos de Espejo.
He tenido la oportunidad de conocerlo y mantener amenas conversaciones sobre aspectos de la gastronomía de aquí y de la otra parte del charco. Joaquín, es todo un personaje, simpático, espontaneo, se bebe la vida a solbos y, es un hombre de mundo en el que se aprecia que se ha hecho así mismo a base de mucho trabajo. Por su labor callada difundiendo nuestra gastronomía debemos considerarlo digno embajador de la cocina española y, debería ser entendido así igualmente por otros estamentos (existen mas cocineros españoles en los Estados Unidos aparte del mediático Jose Andrés).
Este andaluz ha sabido enseñar a los norteamericanos la grandeza de nuestros productos y, la rica culinaria de nuestro país. Introduciendo hábitos gastronómicos, y otra forma de alimentarse que nada tiene que ver con la crema de cacahuetes, el maíz con mantequilla, hamburguesas, y perritos calientes, por mencionar algunas costumbres alimenticias de los ciudadanos norteamericanos.
Se instaló en el condado de Montgomery, en la ciudad Rockville (Maryland). Donde después de dirigir varios negocios actualmente regenta el restaurante Sol de España, en el que se sirve la mejor cocina tradicional española que se pueda encontrar por aquí.
Igualmente, ofrece todo un mapa gastronómico de nuestra tierra. Desde la popular Paella Valenciana de mariscos, que es toda una institución entre los habitantes de este lugar en sus distintas versiones (de mariscos, mixta, verduras). Pasando por la Trucha a la Navarra, Zarzuela de mariscos (con gambas, almejas, rape, vieiras, calamar...), Gazpacho Andaluz, Pez espada a la cordobesa, Codornices a la sevillana, Croquetas de bacalao, y la amplia oferta de carnes (cochinillo, cordero, ternera), y un sinfín de tapas de genero andaluz completan parte de la oferta de este restaurante, porque enumerar su carta sería extenso. Pero no debemos olvidar el broche de cualquier comida, el carro de los postres, repleto de pasteles de elaboración propia.
Serrano, cocinero-propietario, comanda la cocina de este restaurante asistido por su equipo de cocineros. Se puede decir que Sol de España, a puesto una pica en Rockville.
Restaurante Sol de España,
838C Rockville Pike ,
Rockville, MD 20852
(240)314-0202
14.9.07
Fabes con cardos blancos y chorizo
La cuestión primordial viene a posteriori a la hora de darle su justo valor en la cocina y, procurarle unos buenos sacramentos que le sirvan de compañía en el bullir de las dos horas largas que estarán juntos en la olla.
En no pocas ocasiones hemos preparado una suculenta Fabada Asturiana, con su recio "compangu" el más utilizado es el que se compone de lacón, chorizo, morcilla asturiana curada y tocino. Este es el que adquirimos por aquí, todo un ritual. Y el resultado no pudo tener siempre mejor acogida. Pero, y ahora explico el porque no empleo en esta ocasión los sabidos sacramentos de la "Fabada Asturiana". Es de suponer que con estas altas temperaturas que padecemos ahora derretirían al más osado y, con el calor que procura este guiso poderoso donde los haya, el sudor nos acompañaría en la comida. Así que, nos atreveremos a prepararlas como manda la tradición cuando nos visite el frío invierno. Y en atención a nuestros amigos asturianos de Cangas de Onis.
1/2 kg. de Fabes
400 gr. de caldos blancos
1 cebolla
1 tomate
1 pimiento
4 dientes de ajo
1 chorizo
1 copa de vino de Montilla
sal
azafrán
1 punta de pimentón de la Vera
1 hoja de laurel
1 ramita de perejil
2 l. agua mineral
Preparación:
Tomamos una olla y ponemos las fabes bien escurridas que previamente hemos tenido la noche anterior a remojo. Vamos añadiendo todos los ingredientes, los ajos, cebolla, tomate, y pimiento se ponen enteros. El chorizo se lava bien, y se hacen trozos grandes y los incorporamos a la olla, cubrimos de agua mineral y a esperar que el fuego suave obre el milagro en el transcurso de 120 minutos (+ -). Al término de la primera media hora retiramos la espuma resultante de los primeros hervores. Según vaya requiriendo le añadimos agua fría para asustarlas y que continué su parsimoniosa cocción. Completado este ciclo de tiempo comprobamos que la alubia este tierna y entera, poniendo una en la boca y que nos resulte mantecosa al paladar. Rectificamos de sal, y dejamos reposar hasta la hora de servir.
Al tratarse de un guiso que no necesita acompañante, pues por si solo se convierte en el rey de la mesa, dejando saciado al mas pintado. Aunque siempre existe la posibilidad de un repite. Aconsejo preparar una buena ensalada que ayudará sin duda a aligerarnos la digestión.