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5.4.12

La cocina de Semana Santa

Bacalao con ajada

Aunque en anteriores post y llegando estas fechas de Semana Santa me he ocupado de la cocina de Cuaresma no me resisto a dejar pasar el momento sin abordar esta agradable sensación de volver a los olores y sabores característicos de la gastronomía semanasantera. En unas fechas en la que se procura, sino con la rigidez cuaresmal de antaño en cuanto a la abstinencia de determinados bocados, evitar la tentación de la carne en el menú de Cuaresma. Aunque mucho ha cambiado la sociedad en su manera de actuar, de pensar, y de alimentarse. La vigilia se deja sentir en numerosos hogares, al ser ésta una tradición que arranca de mucho tiempo atrás y con la que hemos convivido generación tras generación.

Aunque en el siglo XIX las severas reglas de abstinencia impuestas por la iglesia hizo que se concediera la bula, que atenuaba la rigidez de la Cuaresma con una serie de exenciones que favorecían a las clases mas adineradas, que pagaban la bula y podían comer carne sin pecar.
Esto ha dado lugar a que desde nuestras abuelas, incluso mucho antes con más inventiva que avios, se haya creado una tradición culinaria propia de Semana Santa con recetas de tiempos lejanos donde los potajes de garbanzos con espinacas y bacalao conocido como potaje de vigilia cobran protagonismo. También tenemos el bacalao en sus diferentes preparaciones: frito, encebollado o con tomate. Alternando con otras variantes de guisos a base de pescado o con diferentes legumbres y verduras. En definitiva, platos de cuchara.

Al coincidir con la temporada de habas del terreno, estas pasan también a formar parte de la comida de estos días, y se suelen cocinar fritas, las más pequeñas, o guisadas en cazuela con huevo escalfado las de mayor tamaño. También con los silvestres espárragos trigueros con los que se hacen estupendas
tortillas. Igualmente, la vigilia antiguamente se aplicaba también  en los bares y restaurantes, en los que se cambiaba la carta habitual de comidas para adaptarla al rigor cuaresmal de la Semana Santa. La carne de todo tipo y sus derivados desaparecía de las recomendaciones del chef. Hasta las delgadas lonchas de buen jamón estaban vetadas a los clientes en Viernes Santo y, en su lugar, tomaba el relevo un variado surtido de pescados y mariscos, junto con los preparados a base de verduras y un compendio de platillos fríos como la ensaladilla rusa, el salpicón de mariscos, los huevos rellenos de atún… donde tampoco faltaba el pescadito frito con el semanasantero bacalao.
 La dulcería típica de Semana Santa cobra especial protagonismo en estos días con los pestiños, borrachuelos, torrijas... etc.
 La buena cocina no es para disfrutarla en solitario, sino para compartirla.Y una vez más, queda de manifiesto que la comida es propiciadora de convivencia.

Estos platos junto con otras recetas las pueden consultar en el recetario de El Club de la Cazuela

30.3.12

Mercado de Nápoles

  " El Carmile"

Puesto del mercado El carmile (c)F.Salido                                                            Fotografías: (c) Paco Salido
Siguiendo con nuestra serie dedicada a los mercados nos detenemos hoy en el mercado de "El Carmile" en Nápoles. El reportaje fotográfico es obra de Paco Salido, y sus fotografías nos presentan un recorrido por los puestos con las calles siempre mojadas por el agua que emplean para mantener fresco el pescado. Los puestos se disponen desde bien temprano en plena calle como si de un mercadillo medieval se tratara. Los improvisados tenderetes ofrecen productos frescos a ambos lados de la calle, que salen al paso de los viandantes que escudriñan la mercancia con la mirada  para llevar a casa los mejores productos. Los mercados y los productos que disponen para su venta en cada lugar nos da una idea sobre los gustos de los lugareños en sus hábitos alimentarios.


Nápoles cuenta con un importante puerto, donde se vislumbra desde los astilleros grandes riquezas con la absoluta pobreza que se deja ver en los alrededores del muelle. Su puerto es uno de los que mas tráfico maritimo recibe. Ya en el siglo XIII mantenía un importante comercio con las principales ciudades mediterráneas y el siglo XV ya era inmenso el comercio catalanoaragonés con Nápoles, llegando a ser esta ciudad el centro del imperio comercial mediterráneo. Esto tiene su razón de ser porque en ese periodo de la historía Nápoles formaba parte del Reino de España.

Nápoles es la ciudad principal en el sur de Italia, la capital de su región de la Campania, y la tercera ciudad más grande de Italia. Es una metrópoli atestada que sostiene alrededor de millón de almas en el interior, y dos millones de Napolitanos poblando los suburbios.  Nápoles no es como el resto de Italia y resulta una ciudad caotica e insegura para el visitante. Una ciudad que, a base de ser víctima de todo tipo de desgracias, ha creado un carácter típicamente napolitano que afronta la vida como si al día siguiente una calamidad les pudiera borrar del mapa.
Su ubicación en las faldas del Vesubio, en una de las zonas telúricas más activas de Europa, le ha traído erupciones, maremotos y terremotos. El último, en 1980, destruyó barrios enteros, como siempre los más pobres.

Durante la Segunda Guerra Mundial, desembarcó en su bahía el quinto ejército americano, que entró a sangre y fuego en una zona llena de población civil. Este episodio, conocido como los cuatro días de Nápoles, fue crudamente relatado por Liliana Cavani en su película La piel.  La camorra, la mafia local, nace en unos momentos de crisis y provisionalidad que hacen medrar a los poderes paralelos allí donde el Estado no alcanza.
Una ciudad en la que tiempo parece detenido ajeno a la evolucion del siglo XXI, y resulta frecuente ver por sus callejas  tendereros de pared a pared con la ropa de los vecinos puesta a secar.
Los napolitanos tienen un sentido de la vida que se altera por pocas cosas.Para el visitante se hace necesario un tiempo de adaptación a este sentido ácrata de la vida, que hace lo imposible fácil y lo sencillo una quimera.
Ya que estamos en Nápoles convendría mencionar a nuestro paisano Gonzalo Fernández de Córdoba "El Gran Capitán". (Montilla 16/03/1453  Loja 2/12/1505) que bajo el reinado de Fernando el Católico  dirigio con éxito la campaña militar en Nápoles, al vencer en las batallas de Ceriñola (1503) y Garellano (1504), permitió conquistar Nápoles para España. El enfrentamiento bélico quedó zanjado con el Tratado de Lyon (1504) y el Tratado de Blois (1505), a partir de los cuales el Reino de Nápoles quedó convertido en un Virreinato de la corona de España. El Tratado de Lyon concedía el trono de Nápoles a la monarquía española, que nombró a Gonzalo Fernández de Córdoba como Virrey. El Tratado incluía el acuerdo entre Luis XII de Francia y Fernando V 'El Católico' de que éste cediese los derechos al trono napolitano a un posible hijo de su matrimonio con Germana de Foix (hija de Juan de Foix 'Vizconde de Narbona' y de María de Orleans, hermana del rey francés Luis XII).

11.3.12

Pescaito frito

Boquerones fritos

Entre los muchos manjares que se pueden encontrar en la gastronomía andaluza se encuentra la ancestral costumbre de comer el pescado frito o pescaito frito pronunciación mas propia de nuestro manera de expresarnos en este rico léxico andaluz.
Es una costumbre esta de comer el pescado propia del litoral andaluz y de las provincias de interior como Córdoba y Sevilla, con sus populares cartuchos de pescado que suelen contener pulpito frito, chocos, calamares, chanquetes y adobo...
En esta región se han hecho muy populares las freidurias, aparte de los numerosos chiringuitos, bares o tabernas que dominan el arte de las frituras.

Los exquisitos boquerones Vito (Rincón de la Victoria- Málaga )

Una buena fritura de pescado requiere abundante aceite de oliva que debe de estar muy caliente antes de sumergir el pescado en el perol. Hay un dicho, que dice "echando mucho aceite en la sartén cualquiera frie bien". El pescado una vez limpio de visceras se elimina la cabeza en el caso de los boquerones, pijotas, bacaladillas, sardinillas o jureles... Se lava bajo el grifo, se deja escurrir y se guarda en el frigorifico. La sal se le pone al pescado cuando se va a freír, nunca antes.

Utilizaremos harina de trigo para enharinar y se pasa por un tamiz para sacudir el exceso de harina que pueda haber tomado. Se fríe en abundante aceite de oliva virgen bien caliente y se echa con cuidado y no todo de golpe para evitar que el aceite baje de temperatura. Una vez ligeramente dorado se saca de la sartén o freidora y se deja escurrir en papel de cocina para que nos quede el pescado crujiente por fuera y jugoso por dentro. Se sirve caliente, y resulta ideal acompañado de una tirada de cerveza, un vino fino o un vino blanco joven afrutado.

Salmonetes

No soy partidario de rociar limón por encima a los fritos de pescado fresco, porque su jugo aparte de enmascarar su fresco sabor a mar los empaparrucha y los afloja. Al igual que he visto como en algunos bares completan el plato con ensalada consiguiendo que el agüilla que suelta empape al pescado dejándolo humedo y frio, y por consiguiente, malogrando lo que podía haber sido una buena fritura de pescado.

8.3.12

Arte y Tradición

Francisco Castro Navarro, no solamente es un consumado venenciador que ha paseado su arte por las mas diversas ferias gourmets de nuestro pais con nuestro producto estrella... el vino. Es además desde hace bastantes años el colaborador habitual del Consejo Regulador de la D.O. Montilla-Moriles para la promoción de nuestros caldos dentro y fuera de nuestra región.
Desde Madrid Fussion, a la alemana Düsseldorf pasando por la capital de Francia, Paris... etc. Son algunos de los eventos mas recientes en los que ha participado promocionando junto con los organismos oficiales la calidad de los productos andaluces. Unos productos de primerísima calidad como son los que se elaboran en esta región necesitan también de una buena puesta en escena. Y ahi es donde Francisco Castro, desempeña su labor dando al producto andaluz la digna presentación que se merece. Dejando de manifiesto su maestría en el noble arte de la venencia y con el no menos noble arte del loncheado del jamón. Habilidades estas que se complementan a la perfección siendo el vino un producto natural que armoniza en un perfecto maridaje con otro producto estrella de nuestra gastronomía como es el genuino jamón ibérico.
Los que saben de esto como es el caso de Francisco Castro, opinan que para distinguir un jamón ibérico puro son esenciales algunos aspectos a tener en cuenta: que la pezuña sea negra y sin pelo, que la caña sea larga y que sea muy fina; cuanto más fina sea, más puro es el cerdo, y pasando al corte se debe apreciar que las lonchas sean brillantes por el bajo punto de fusión de la grasa debido a la alimentación con bellotas. La carne magra de color rojizo con vetas de grasa entreveradas, y en lo referente al paladar que decir de su sabor único.

Pero todas estas peculiaridades, todos estos cuidados en la elaboración de este genuino pernil quedaría incompleto si a la hora del loncheado no se le pusiera el mismo mimo. El jamón tiene su corte y tiene su hilo como le ocurre a las maderas nobles no se puede cortar de cualquier manera. Por este motivo, se hace cada día mas necesaria la presencia de un profesional cortador de jamón que sepa sacar el máximo de sabor en cada loncha, y es ahi, donde entra en juego la mano experta de un cortador de jamón para sacarle finas lonchas con corte firme -sin escalones-. La presencia de un maestro loncheador en cualquier evento profesional o celebración familiar pone el sello de calidad que precisa el acto y a la vez hace bueno al mas discreto de los jamones.
Esto unido a la presencia del maestro venenciador que da la bienvenida a los invitados ofreciendo el vino de la amistad, de un barril que nunca se agota. Hace que estos profesionales allá donde se les requiera impriman un toque de buen gusto en cualquier celebración.

13.2.12

Carrillada ibérica estofada


El cerdo del que se aprovecha todo como se manifiesta en el dicho popular: "Del cerdo gustan hasta los andares". Es por eso que su carne esta muy presente en nuestra gastronomía y podríamos decir para situarnos en el tiempo que el cerdo fue uno de los primeros animales domesticados por el hombre y es todavía una de las principales fuentes de proteínas en nuestra dieta. Una de las partes mas jugosas de su despiece una vez guisada es la carrillada, o carrillera y como su nombre indica son los músculos situados a ambos lados del hueso de la mandibula, y como resultado es una carne muy ejercitada que cuando se cocina es tierna y jugosa al paladar. Suele pesar aproximadamente 200 gramos.

Por los pueblos de Andalucía con los primeros fríos tiene lugar la matanza una actividad que viene de muy antiguo. Tan antiguo como el refrán: "A cada cerdo le llega su San Martín". Donde familia y vecinos se reunen para el sacrificio del cerdo que ha estado todo el verano retozando y engordando para proporcionar con su carne estupendos jamones y paletillas, y las chacinas que se eleboran con su despiece que hacen mas llevadero el invierno de los lugareños. En sus mesas esta presente el lomo y los chorizos en horza conservados en aceite, o los embutidos que cuelgan del techo curandose al olor del humero.Hoy en día la matanza del cerdo en unos tiempos en los que se procura conservar las tradiciones se ha convertido en una gran fiesta gastronómica en torno a esta costumbre de claro arraigo rural.

Estas estalactitas selectas de chorizos que cuelgan en el secadero son productos de la matanza.

 Para esta receta necesitaremos los siguientes ingredientes:
6 carrilladas ibéricas
1 vaso de vino blanco
2 vasos de caldo de carne
4 diente de ajo
1 pimiento verde
1 pimiento rojo
1 cebolla
2 zanahorias
2 cucharadas de tomate frito
unos granos de pimienta
1 hoja de laurel
Aceite de oliva
Sal

Elaboración:
Tradicionalmente el estofado se ha realizado con todos los ingredientes puestos inicialmente en crudo en la olla. Cocinado a fuego lento en un recipiente cerrado para que durante el proceso de cocción no se pierda el aroma de todos los ingredientes.
Ponemos en la olla el aceite, las carrilladas limpias enteras y salpimentadas. Cuando estén selladas echamos las especias, los ajos picados, la cebolla y las verduras cortados y ponemos al fuego para que se rehogue el conjunto. Añadimos el tomate frito, el vino blanco y el caldo de carne. Tapamos la olla y esperamos a que la carne se enternezca dejándola hacer unos 50 minutos. Comprobamos  que la carrilladas estén tiernas y  dejamos que terminen de cocinarse y cojan mas sabor a fuego lento dejándola tapada 10 minutos más,  sin que la salsa reduzca demasiado.

30.1.12

A pie de barra

Manuel Cantillo Carmona "Larry"

Te jubilas o no, tío... Manolo Cantillo, es un tipo con suerte o eso creía yo hasta que unos días antes de pasar al club del prejubilado, va este buen hombre resbala y se rompe el brazo... Baja por accidente. ¡Vaya golpe!... La deseada prejubilación tendrá que esperar por ahora. Esto ocurría el sábado 1 de Octubre, dos meses de escayola y unas semanas de rehabilitación y nuevamente de alta y a pie de barra hasta pasar el "Rubicón de la Navidad". Manolo ha estado inquieto como el soldado que después de cumplír el servicio militar reglamentario sigue haciendo guardias esperando que llegue de capitanía "la blanca" que definitivamente le licencie.

Ahora, tras cumplir en activo la consavida penitencia por haber estado de baja parece que la rumoroligía de estos días toma cuerpo de veracidad. Después de intrigas palaciegas se confirma por fin tu inminente y merecido pase a la reserva.

Manuel Cantillo Carmona, "Larry" para los amigos, es un profesional de la hostelería montillana que empezó en este gremio cuando apenas le subía un palmo al mostrador del Bar Oasis, un centrico establecimiento que estaba ubicado en la calle Corredera esquina con calle Herradores y era propiedad de José Naranjo, quien le ofrecio al joven Manolito su primer empleo en este centrico bar montillano. Estaba orientado a dos calles y contaba con amplios ventanales que ofrecían a la clientela un magnifico escaparate para observar desde su interior y en primera fila el discurrir bullicioso de la gente que iba o venía del mercado de abastos por la artería principal del pueblo. En este ambiente se inicio Manolo en este poco reconocido oficio cuando los periódicos aún se vendían por la calle voceando los titulares, y los loteros de la ONCE que eran todos ciegos iban guiados por lazarillos que a cada diez pasos voceaban "iguales para hoy", hace de esto la friolera de cuarenta y cinco abriles.

A su curriculum hay que añadirle el haber trabajado en los más reconocidos establecimientos de la zona como el restaurante Los Arcos, cuando Julián Ramirez Pino era su propietario, mas tarde estuvo en el restaurante Las Camachas, y finalmente Hotel Don Gonzalo, donde se dispone a desabrocharse la pajarita y colgar la chaqueta... al grito de "Arrevoire que dijo Voltaire". Fue durante muchos sábados el barman de la discoteca, cuando en las discotecas se escuchaban otras músicas. Y donde se daba cita una clientela de lo más selecta de la comarca. Aunque en ocasiones tuvo que campear con mucha mano izquierda y cortar el paso a otras aves nocturnas de raro pelaje. Una mirada suya por encima de las gafas dejaban al descubierto unos ojos cruzados que se clavaban como puñales, era su manera de expresar su enfado y síntoma de desaprobación. Si por el contrario, movía las manos y éstas entraban y salían de los rozados bolsillos del pantalón, Manolo estaba de buen ánimo que era por lo general siempre, y las risas con compañeros y clientes se podían oír hasta Despeñaperros.

El guardián de la noche, que cerraba el local cuando el sol empezaba a levantarse por los cerros de Cabra. Atrás quedó el San Francisco con los bordes decorados con granadina y azúcar, Lumumba (coñac y batido de chocolate) o el solicitado destornillador (vodka con naranja) que antes era tan popular.
Luego como ya tenía el cuerpo curtido de trasnochar se encargaba de las barras libres de bodas y banquetes en noches que no tenían fin. A pesar a haberse conservado célibe hasta la fecha, se puede decir que es el tío que mas bodas ha tenido y que a mas novias le ha hecho la fiesta.

Su acentuado estrabismo no le salvo ni de la mili en unos tiempos en el que casi todos alegaban alguna deficiencia o circunstancia para escurrir el bulto y no hacer el servicio militar. Los altos estamentos militares y algunos mendrugos de paisano consideraban persona inútil a todo aquel que según sus manuales no era apto para cumplir con su obligación de servir a la patria.¡Vaya tontería!.

Mi querido amigo con toda seguridad yo tengo tantos o mas defectos que tú, y ni de cerca tengo tu carisma y ese don de gentes que solo tienen las personas con talento como tú, y otros geniales bisojos como, Borges, Jean Paul Sartre, Buñuel, Trueba, Roy Orbison... A veces la corrección produce hastío.

A tu genialidad hay que añadirle esa prodigiosa memoria para acordarte de un sinfín de anécdotas, como aquella en la que un componente de la compañia de Juanito Valderrama te encargo una paella y a cada momento aquel gitano con mas gasusa que el gato de un barco te reclamaba la comida al grito de "gafas la paella" . Vociferaba una y otra vez con su grupo de palmeros, y tú ante la impotencia de no poder servirla antes de los veinte minutos que requiere la elaboración del arroz metias prisa a la cocina provocando el enfado del cocinero... Vaya tarde que te dio aquel gitano fartusco.

Aunque haya transcurrido una eternidad "El Larry" tiene la facultad de recordar el nombre propio de las personas con apellidos incluidos que ha tratado, y hasta la plana mayor de autoridades provinciales y nacionales de toda época con cargos incluidos. Por eso, siempre recurría a él si tenía alguna duda o no recordaba el nombre de alguien al que llegaba a ponerle cara pero era incapaz de recordar su nombre. Ahi estaba Manolo para darte referencias con pelos y señales de la persona en cuestión. Era y es toda una enciclopedia andante. Este oficio algo bueno tenía que tener y es que te ofrece la posibilidad de conocer a muchísimas personas desde ilustrados, a políticos, artistas, gentes con Don y gentes sin Din. Una minuta de diferentes escalas sociales que giran en este carrusel de la vida.