Este es un tema que he abordado en mas de una ocasión sobre todo cuando se aproxima la temporada del caracol. Es de obligado cumplimiento hacerse eco de este fenómeno gastronómico que se produce por estas cocinas del Sur. Entre otras razones, por la desmesurada afición que existe en esta provincia por el guiso de estos delicados moluscos gasterópodos. Hay que tener en cuenta que en Córdoba, solo en la capital se llegan a consumir la nada despreciable cifra de dos toneladas diarias de estos caracoles en caldo, y este es un dato de hace dos años por lo que cuando acabe esta temporada con toda seguridad se habrá superado con creces esta cantidad. Y es que, es tanta la afición que se tiene por los caracoles que en pocos sitios de nuestra amplia geografía o al menos yo 
no conozco ningún otro sitio donde se monten tenderetes en las plazas para vender este guiso. Una costumbre popular que solo he visto en Córdoba.Por eso decimos con razón que es tiempo de caracoles porque el ambiente llena plazas y terrazas de gente dispuesta a disfrutar de una tapa de caracoles y una copa de fino. Y es que, el punto de salida viene marcado cuando se ve en los bares donde se elabora este guiso el escueto cartel con el conocido reclamo: "Hay Caracoles".
Este año los precios de los caracoles en caldo oscilan entre 1,50 a 1,60 euros el vasito de caña como el de la foto.
Aquí en Montilla son legión los establecimientos que cocinan caracoles, no solo en caldo, sino también los caracoles grandes cocinados en salsa, llamados cabrillas. Para los que le encantan los caracoles tienen una cita obligada en "El Bar Francés", El Bar Carrasquilla", o "Taberna La Chiva" cuyas cocinas se han ganado con los años merecida fama en la elaboración de este guiso.
En este blog hemos explicado en entradas anteriores la técnica para cocinarlos. Aunque cabe decir, que como cada maestrillo tiene su librillo nosotros ofrecemos la receta clásica por eso dejo aquí este enlace para conocer su elaboración. También en este otro enlace se explica otra manera de cocinarlos .
8 comentarios :
Esto ya tiene otro aspecto.
Me alegro, Julio.
Poquito a poco, hasta que esto se normalice.
¡¡¡qué ricos los caracoles!!! precisamente el otro día estuvimos comiéndolos en el bar Francés, porque a mí lo que me gusta es comérmelos ya arregladitos. Reconozco que nunca los he cocinado, y creo que nunca los cocinaré, porque me da bastante pereza, por no decir asco, lavarlos.
Fíjate que cuando tuvimos el bar, los preparaba mi suegra, y yo llegué a aborrecerlos de ver tanto caracol junto.
Pero ahora vuelvo a disfrutarlos. Y los "gordos"....qué delicia.
Charo te entiendo, están muy buenos sobre todo cuando te ponen la tapita de caracoles y la caña de cervecita sentado en una cómoda terraza. Dan ganas de pedir otra tapa, y de sobra sé que hay mucha gente que repite por no decir la mayoría.
Pero también salen muy buenos cuando los preparas en casa. No hay que tenerle asco a la hora de lavar los caracoles recuerda que sus babas se utilizan de cotizado cosmético facial. Y sobre todo a diferencia de lo que se pueda pensar el caracol es herbívoro.
Hola, que ricos caracoles ,llevo una eternidad sin probarlos con caldo.
saludos.
los caracoles en sí me dan algo de reparín si son de más de 2 cm de largo.
pero el caldo me gusta en exceso. Debería venderse envasado en botellas de litro y medio.
aaaayyyy, omá qué ricos!!!!
he ido comentando el tema que hablamos y parece que la predisposición es favorable
Sé que te encantas estos bichejos, y eres de los que repite tapa, y copa, supongo.
Te agradezco que hayas comentado el tema, solo falta que pidas a Mane que se le da bien el diseño que haga un logo para estos encuentros lúdicos-festivos de blogger montillanos. Ya me contarás.
Un abrazo
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