Son muchas las recetas que he ido publicando en este blog a lo largo de estos años. De entre las muchas recetas que puedes encontrar ocupan un lugar destacado los platos tradicionales de esta zona cordobesa. Son platos que huelen a hogar muy arraigados en nuestras costumbres culinarias, y que se han ido instalando en nuestra dieta porque en ellas se han empleado desde siempre los productos que se tenían más a mano, de temporada, y ahora parece ser que se han puesto de acuerdo restaurantes, cocineros y gastrónomos en dar un mayor protagonismo y valor al producto autóctono, al producto fresco de cercanía por eso es mas frecuente verlos en las minutas y cartas. Ahora algunos restaurantes, no todos, buscan la calidad en los productos de cercanía, criados y cosechados en la zona de manera ecológica para ofrecerlos a sus clientes. Dejando en un segundo plano aquellos productos de ultramar que antes empleaban como reclamo exótico en sus cartas. Pero todavía quedan restaurantes en esta zona que no se enteran, o no quieren enterarse y ofrecen rollitos de sushi, por citar un ejemplo, en aperitivos de celebraciones, esto es como hacer una pirueta en el limbo, o como queriendo dar a entender falsamente que están a la última. Recomendaría a estos restaurantes de cocina regional, -que no harán caso- que hicieran sus recetas en consonancia a nuestra gastronomía, y siempre con productos de cercanía, y dejaran a los asiáticos que hagan su cocina.
Las recetas no son fórmulas matemáticas, sino que, como los sentimientos, varían en cada persona. Las recetas no son de quien las cuenta, sino de quien las hace, porque cada cual pone su sello personal e intransferible. Si una receta fuese una fórmula exacta, todo sabría de la misma forma y, afortunadamente, esto no es así. Estas palabras, que tomo prestadas, resumen de una forma maravillosa lo que sentimos las personas que compartimos nuestro gusto por la buena gastronomía.
Al compartir recetas, quizás la más importante que me ocurre es pensar que ese buen rato que hemos pasado disfrutando de un plato determinado mí familia y yo, tú amiga y amigo lector, lo vais a disfrutar con un placer similar.
También desde este blog al ofrecer las recetas se hace una invitación a aquellas personas más reacias a entrar en la cocina.
Las recetas no son fórmulas matemáticas, sino que, como los sentimientos, varían en cada persona. Las recetas no son de quien las cuenta, sino de quien las hace, porque cada cual pone su sello personal e intransferible. Si una receta fuese una fórmula exacta, todo sabría de la misma forma y, afortunadamente, esto no es así. Estas palabras, que tomo prestadas, resumen de una forma maravillosa lo que sentimos las personas que compartimos nuestro gusto por la buena gastronomía.
Al compartir recetas, quizás la más importante que me ocurre es pensar que ese buen rato que hemos pasado disfrutando de un plato determinado mí familia y yo, tú amiga y amigo lector, lo vais a disfrutar con un placer similar.
También desde este blog al ofrecer las recetas se hace una invitación a aquellas personas más reacias a entrar en la cocina.