La cigala (Nephrops norvegicus) como todos sabéis es un crustáceo de los llamados decápodo este término se aplica al crustáceo que tienen cinco pares de patas, de las cuales el primer par está modificado para formar las pinzas: el cangrejo de mar y la langosta, por ejemplo son decápodos.
Este es un crustáceo muy apreciado por su sabor resultando un bocado rico de sabor delicado que lleva aparejado el que en ocasiones resulte algo caro adquirirlas.
En estos tiempos de crisis poner en la mesa cigalas puede llevar a algunas personas a pensar que estoy haciendo una demostración ostentosa. Pero diré en mi defensa y para tranquilidad sobre todo de mis acreedores que se trata de unas cigalas de 9,90 euros que compre en una oferta del Lidl para Navidad, y que en ese momento no se consumieron. La cosa esta mal, y no queda mas remedio que ir tirando de congelador y de paso aclaro, que sirvieron para preparar una cena algo especial para San Valentín.
La cocción:
Al tratarse de unas cigalas congeladas el primer paso a seguir con todo marisco congelado es dejarlo que se descongele lentamente. Después de seguir este paso ponemos agua a hervir sin laurel, ni rodajas de limón, solo agua y cuando alcance el punto de ebullición echamos las cigalas y las dejamos cocer por espacio de tres minutos. Sacamos con ayuda de una espumadera y las sumergimos en agua con sal y con hielo para cortar la cocción y que la carne quede firme. Dependiendo del tiempo que permanezcan en el agua fría así tomaran el grado de sal. La razón de poner la sal después de la cocción en el agua fría es porque los crustáceos tienen caparazón (exoesqueleto) que los hace impermeables y toman la sal durante el enfriamiento por un proceso de ósmosis.
El resultado fue que si estas cigalas eran atractivas a la vista no tengo palabras para describir las sensaciones que aportaron al paladar.
4 comentarios :
Desde luego es un apreciado plato, un sabor delicioso, maxime si estan bien cocidas como solia comerlas en las Camachas, Pero curiosamemnte se lo comentaba a uno de Cadiz, y como tienen esa gracia me contestó, estan buenisimas, aunque para comerlas tienen mucha mano de obra.
Para mi son piezas únicas y únicos los gaditanos.
Maestros cocedores de marisco los tenemos en todo el litoral español: gaditanos, onubenses y gallegos, por ejemplo, cuentan con una larga tradición en esta especialidad culinaria. Tenemos que valorar la singularidad de esta península cuyas costas están bañadas por tres mares (Mediterráneo, Cantábrico, Océano Atlántico) donde se cría el mejor pescado y marisco del mundo mundial.
No tienes que disculparte (que casi lo parece), sólo te deseo que las próximas que comas sean bien frescas y como puños de gordas.
Que leches , qué sólo vivimos una vez y comemos más carne que cigalas, con lo sanas que son.
Amigo elo, Dios te oiga y que se vea cumplido tu deseo. Y a mí que se me pongan los ojos como platos al comtemplar en mi mesa esas cigalas como puños.
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