User-agent: Mediapartners-Google Disallow: El Club de la Cazuela

28.5.13

Pollo en pepitoria

Pollo en pepitoria

Una de las elaboraciones clásicas de la cocina española es la pepitoria, elaborada generalmente con aves: gallina, pollo o pavo. Como suele ocurrir con la mayoría de las recetas que forman parte del patrimonio gastronómico de la cocina tradicional española, vamos a encontrar en todas ellas sus variantes dependiendo de la región en que se elabore.

La pepitoria es muy popular en la cocina castellana y andaluza, en esta región del sur se ha ido poco a poco reservando de la cocina de diario para elaborar esta receta en ocasiones mas especiales. Esta forma de cocinar el pollo, o la gallina,  ha contribuido  a ir relegando el ave asada en fechas festivas por recetas mas elaboradas como esta.

Tendríamos que remontarnos mucho tiempo atrás para conocer los orígenes de este clásico guiso. La pepitoria ya aparece en el recetario de Francisco Martinez Motiño “Arte de Cozina, Pasteleria, Vizcocheria y Conserveria”(año 1763), que fue  el  cocinero mayor de Su Majestad el rey Felipe II, y mantuvo el cargo hasta el reinado de Felipe IV, se puede decir que este jefe de cocineros estuvo toda su vida al servicio de la casa de los Austrias.

La Real Academia de Lengua, define a la pepitoria como: “Guisado que se hace con todas las partes comestibles del ave, o solo con los despojos, y cuya salsa tiene yema de huevo”.  El diccionario también menciona que “pepitoria” es palabra usada que se refiere a cuando algo esta revuelto y lo define así:  “conjunto de cosas diversas y sin orden”.

Entendemos que cuando se dice despojos se esta refiriendo a las partes menos magras como son alas, pescuezos, patas, higadillos y mollejas, piezas con las que en un  principio se elaboraba la pepitoria, dependiendo de la economía de cada casa fueron con el tiempo mejorando los avios.

Una forma esta de cocinar las aves en la que avispados hosteleros se han convertido en verdaderos maestros de la pepitoria, sacando partido a su experiencia. Este plato aún se puede degustar en algunos restaurantes castizos de Madrid que ofrecen en su carta desde muy antiguo como especialidad: "la gallina en pepitoria". No en vano, cuentas las crónicas que la reina Isabel II de Borbón, que ascendió al trono cuando apenas había cumplido los trece años, era muy aficionada a la gallina en pepitoria. Lo que sin duda ha contribuido a extender la popularidad de esta forma de cocinar las aves que ha llegado hasta nuestros días. Cuyos ingredientes básicos poco han variado, como el empleo del azafrán que a la vez de servir de condimento aporta el color que le confiere a la pepitoria ese tono dorado junto con la yema de huevo cocida. Existen diversas maneras de elaborar las pepitorias dependiendo del lugar como hemos apuntando al principio pero todas ellas tienen el denominador común del empleo de huevo y la incorporación de frutos secos, fundamentalmente almendras, avellanas o piñones  pasadas por el mortero. También hay quien remata este guiso de carne poniendo en el plato unos trozos de pan frito o picatostes. Y en otros casos el pan frito lo pasan por el mortero y se lo incorporan al guiso a la par que le añaden unos taquitos de jamón que termina de cocinarse con el pollo o la gallina según sea el caso, y para finalizar culminan el plato acompañando con unas patatas fritas cortadas a dados.

Era tal la popularidad del guiso de gallina en pepitoria que podemos encontrar referencias en los escritos de los clásicos: Góngora, Lope de Vega, en la dama Boba, Quevedo, en el Buscón y el propio Cervantes la menciona en el Quijote y en el prólogo de sus Novelas Ejemplares: “ no podrás hacer con ellas pepitoria por que no tienen ni pies ni cabeza”
Lo que ha dado lugar a encontrar igualmente referencias en el refranero popular: “Con gallina en pepitoria bien se puede ganar la gloria”

Pollo limpio para ser cocinado
 Ingredientes para 6 personas:
1 pollo troceado (2 kg.),
1 cebolla mediana,
3 dientes de ajo,
10 almendras,
2 huevos cocidos,
1 vaso de vino blanco,
4 cucharadas de aceite,
1/2 l. de caldo de ave,
laurel, azafrán, tomillo
sal


Elaboración:
Una vez limpio el pollo se trocea y se sazona la carne con ajo machacado, las especias y vino, dejando reposar la carne con el aliño, si es posible se deja la noche anterior marinando en lugar frío.

En una cazuela ponemos la trozos de pollo bien escurrido y se van friendo en aceite
bien caliente hasta que estén dorados. Añadimos la cebolla picada y damos unas vueltas para que se sofría. Echamos la marinada donde ha estado la carne y cubrimos con el caldo. Se sazona y dejamos cocinar hasta que el pollo este tierno, aproximadamente transcurridos unos 35 minutos.
En un mortero majamos las almendras y se las incorporamos al guiso.
Finalmente desmenuzamos las yemas y añadimos junto con unas hebras de azafrán. Y dejamos reducir el guiso hasta que nos quede una salsa trabada.

23.4.13

Setas con bacalao

Setas con bacalao

Como mas veces he comido las setas son cocinadas en una plancha, o en sartén con un chorrito de aceite de oliva, ajo picado, y sal. Creo que no puede ser mas fácil su elaboración, y a la vez mas agradecida para aquellos que disfrutamos mas con el sabor natural de las setas, que con elaboraciones que enmascaran su original sabor a hongo.

Visitando el mercado comprobé que acababan de entrar estas setas cultivadas, blancas y hermosas como ostras abiertas... o como las onduladas formas del vestido blanco que Marilyn luce en la escena de "La tentación vive arriba", no me pude resistir a la sabrosa sensación de disfrutar de estas hermosas setas a las que en esta ocasión rocié con otro producto que muy pegado también a la tierra. Un toque de aroma de vino de Montilla que le dieron un punto de jugosidad al llevárselas a la boca que de otra manera la plancha reduciría. Los lomos de bacalao desalado se hicieron a la plancha tal cual con un poco de aceite de oliva y a fuego no muy alto, como eran lomos de buen grosor los cubrí durante su cocción con papel de aluminio. 

Ingredientes:
Setas cultivadas
2 lomos de bacalao desalado 
Aceite
Sal
Copa de fino de Montilla
2 dientes de ajo

Elaboración:
Se limpian las setas sin sumergirlas en agua, y se dejan enteras. En una sartén grande se vierte un poco de aceite de oliva que impregne todo el fondo. Cuando este caliente colocamos las setas y añadimos el ajo picado y un toque de sal. Finalmente se le añade la copa de fino y se deja hacer hasta que reduzca el vino y el agua que sueltan y nos quede solo el aceite. Durante el proceso no conviene removerlas para  evitar que se rompan, todo lo mas mover la sartén con pequeños vaivenes. Una vez todo echo y caliente se monta el plato cubriendo con las setas y separando las lascas de  bacalao a la plancha se colocan en el centro.

27.3.13

Bacalao frito

Bacalao frito

En las pequeñas tiendas de comestibles era habitual ver en la cuaresma los bacalaos enteros colgados para su consumo durante los días de Semana Santa. Aunque el bacalao  ha sido siempre un producto muy presente en la cocina de vigilia, sin embargo la cocina española ha incorporado este producto a su consumo en cualquier época del año. Es fácil encontrar bacalao de calidad en salazón, media salazón, o bacalao desalado. En estos casos siempre es aconsejable comprarlo con tiempo suficiente para desalarlo convenientemente antes de consumirlo. Desalándolo nosotros evitaremos que nos den bacalao remojado al punto de sal que no es lo mismo ni sabe igual que el tradicional bacalao secado en sal.
Bacalao salado tradicional
Es preferible comprar la pieza de bacalao entera porque su precio es considerablemente mas bajo (cercano a los 8 euros/kg.) por el contrario, si adquirimos solo los lomos su precio se duplica.
A la hora de trocearlo podemos reservar los lomos para hacer un rico pil-pil y la ventresca y parte de la cola para freír.
Bacalado secado tradicional abierto Esta receta no tiene ninguna complicación y el secreto está en desalarlo al menos 24 horas en agua fría cambiando el agua tres o cuatro veces. Una vez desalado sacamos los taquitos y dejamos escurrir.
Ponemos al fuego una sartén con abundante aceite de oliva y cuando este caliente pasamos los trozos por harina y freímos hasta que este dorado.

Aunque en anteriores post y llegando estas fechas de Semana Santa me he ocupado de la cocina de Cuaresma no me resisto a dejar pasar el momento sin abordar esta agradable sensación de volver a los olores y sabores característicos de la gastronomía semanasantera. En unas fechas en la que se procura, sino con la rigidez cuaresmal de antaño en cuanto a la abstinencia de determinados bocados, evitar la tentación de la carne en el menú de Cuaresma. Aunque mucho ha cambiado la sociedad en su manera de actuar, de pensar, y de alimentarse. La vigilia se deja sentir en numerosos hogares, al ser ésta una tradición que arranca de mucho tiempo atrás y con la que hemos convivido generación tras generación.

Bacalao troceado sumergido en agua para su desalado
En el siglo XIX las severas reglas de abstinencia impuestas por la iglesia hizo que se concediera la bula, que atenuaba la rigidez de la Cuaresma con una serie de exenciones que favorecían a las clases mas adineradas, que pagaban la bula y podían comer carne sin estar en pecado.
Esto ha dado lugar a que desde nuestras abuelas, incluso mucho antes con más inventiva que avios, se haya creado una tradición culinaria propia de Semana Santa, con recetas de tiempos lejanos donde los potajes de garbanzos con espinacas y bacalao conocido como potaje de vigilia cobran protagonismo. También tenemos el bacalao en sus diferentes preparaciones: frito, encebollado o con tomate. Alternando con otras variantes de guisos a base de pescado o con diferentes legumbres y verduras. En definitiva, platos de cuchara.

20.2.13

La albahaca en la cocina


Dentro de las hierbas aromáticas que se suelen utilizar es la cocina, son las hojas de albahaca una de mis preferidas por el fresco aroma que desprenden. Un aroma que tengo registrado en la nariz desde mi niñez cuando empece a conocer esta planta que sembraban los hortelanos entre matas de pimientos y tomates. Con el tiempo he llegado a saber que la albahaca no estaba plantada en los surcos por capricho del hortelano. Pues el olor que desprende ahuyenta del huerto a la mosca blanca y a otras plagas de insectos que darían al traste con la cosecha. Un remedio natural que hace innecesario el uso de agroquímicos en las plantas.

Albahaca entre plantas de pimientos
La albahaca se utiliza en la cocina para aderezar ensaladas, sopas, guisos o pasta y es el ingrediente principal de la salsa al pesto. El empleo de esta hierba es una costumbre muy arraiga en la cocina italiana y en la Provenza francesa. Una planta que también ha derivado su uso en la gastronomía mediterránea. Generalmente se utiliza fresca y acompaña muy bien con cualquier plato que lleve tomate tanto crudo como en salsa.
Existen diferentes variedades de esta planta y su sabor abarca una amplia gama de sabores que van desde el sabor picante a clavo pasando por toques a menta y regaliz.

6.2.13

Merluza en salsa de tomate

Merluza en salsa de tomate
Me dispongo a presentaros esta rica receta de merluza que he cocinado con salsa de tomate casera. La salsa de tomate es una de las salsas base mas empleada en numerosas recetas, tanto para carnes como para pescados. Existen diferentes maneras de prepararla que se alejan un poco de la salsa básica: tomate natural,cebolla, ajo, aceite de oliva y su punto de sazonado. Aquí influye el gusto del cocinero y por lo general se suele enriquecer con mas hortalizas como pueden ser pimientos, puerro, o zanahoria.

Para esta receta he empleado una merluza fresca mediana, que de la misma manera podríamos hacerla con otros pescados como pescadilla o bacalao. Cuestión de gustos.

Esta elaboración forma parte del recetario familiar que he visto cocinar muchas veces a mi madre, sobre todo en tiempos de plena cosecha de tomates de la huerta. Con los tomates maduros antes de que se estropeasen hacía salsa de tomate. Imprescindible esta salsa en recetas tan populares como las patatas con tomate, carne con tomate, cazón con tomate, atún con tomate, bacalao con tomate... etc.
Si disponemos de un poco de tiempo merece la pena hacerla antes que recurrir al tarro de tomate frito.

Esta salsa casera tiene muchos adeptos, incluso uno que yo me sé con barquitos de pan navega por el plato de huevos fritos con salsa de tomate sin mojarse los dedos. Hasta que el grumete encalla en la rebosante yema y tiene que ayudarse con los remos.

Merluza fresca troceada
Ingredientes:
1 Merluza fresca mediana
- harina
- aceite para freír

Para la salsa de tomate:
- 1 kg. de tomates maduros
- 1 cebolla grande
- 1 pimiento verde
- 1 pimiento rojo pequeño
- 2 dientes de ajo
- aceite de oliva
- 1 hoja de laurel
- sal
- azúcar
- orégano


Preparación:
Para la salsa de tomate ponemos un chorrito de aceite de oliva que cubra el fondo de la cazuela, y añadimos la cebolla picada, junto con los ajos y los pimientos troceados. Dejamos que vaya pochando todo a fuego medio. Se pelan los tomates y una vez troceados se incorporan a la cazuela junto con el laurel y se sazona. Dejamos cocer unos veinte minutos más moviendo el sofrito y bajamos el fuego. Cuando este todo bien frito apartamos y pasamos el sofrito por el pasapuré y volvemos a echar la salsa que nos habrá quedado mas fina a la cazuela. Arromatizamos con el orégano y se le pone la cucharadita de azúcar que admita si los tomates son muy ácidos.

Ahora le toca el turno a la merluza que una vez descamada se limpia se corta en rodajas y se sazona. Ponemos una sartén con aceite y cuando este bien caliente echamos la merluza enharinada y freímos por las dos caras sin pasarnos en la fritura porque terminara de hacerse en la salsa. Sacamos, y una vez escurrida de aceite vamos colocando las rodajas en la cazuela para que estén cubiertas con la salsa. Dejamos que se termine de cocinar unos cinco minutos a fuego bajo y de cuando en cuando movemos la cazuela como si se tratara de un pil-pil, evitando mover con la cuchara para no romper la merluza. Antes de llevar a la mesa espolvoreamos por encima con perejil fresco picado.

28.1.13

Bacalao a la plancha con verduras salteadas

Lomos de bacalao de calidad suprema de la marca Albacor

Al tratarse de lomos del bacalao estos requieren un tiempo de desalado mas prolongado que cualquier otra parte de la bacalada. Para esta receta hemos utilizado unos lomos de bacalao  de calidad suprema. Los lomos de bacalao necesitan un desalado de 48 horas como mínimo sumergidos en agua fría con la piel hacia arriba y con cambios de agua cada 8 horas. Los seguidores de este blog saben como desalar correctamente un bacalao porque suelo recordarlo en cada receta de bacalao que he publicado. Insisto en este tema porque un bacalao mal desalado corto de tiempo echa al traste un excelente producto y al primer bocado no sabes si mirar fijamente al bacalao o al que lo ha cocinado.

Ingredientes: (4 personas)
4 lomos de bacalao
aceite de oliva
2 dientes de ajo
1 cucharadita de pimentón dulce
1 cebolla
1 pimiento rojo
150 gr. de coles de bruselas
150 gr. de alcachofas limpias
150 gr. de judía plana
150 gr. de champiñón

Verduras salteadas 
Ajos confitados en aceite de oliva y pimentón dulce
Preparación:
Empezaremos primero preparando las verduras salteadas en una sartén con poco de aceite.Cortamos la cebolla en juliana junto con el pimiento rojo y añadimos el resto de verduras con un poco de sal  Yo he elegido estas verduras pero podéis utilizar aquellas que tengáis mas a mano.
Una vez pochada reservamos hasta el momento de emplatar el bacalao. A continuación, hacemos la ajada, para eso ponemos un cazo a fuego bajo en el que ponemos aceite de oliva y los ajos laminados para que se confiten lentamente y antes de apartar ponemos una cuharadita de pimentón dulce.
Vamos ahora con el bacalao que tendremos escurrido  si es necesario se seca con papel de cocina para que no tenga agua antes de ponerlo en la plancha.
Utilizaremos la plancha o una sartén grande y cuando este bien caliente ponemos un chorrito de aceite de oliva y colocamos el bacalao encima con la piel hacía abajo para que se ase y después le damos la vuelta hasta que este al punto. Observaremos que el bacalao cambia de color y pasa del color nacarado al blanco. Siendo un bacalao curado no conviene pasarse en el asado.
Comenzamos a montar el plato poniendo el bacalao con la piel hacia abajo y rociando por encima la ajada. Acompañamos en un lado con el salteado de verduras que servirá de guarnición de nuestra receta.

Lomo de bacalao a la plancha acompañado de verduras salteadas