User-agent: Mediapartners-Google Disallow: El Club de la Cazuela

24.8.06

Visita a la Huerta de Tebas

En nuestra reunión de los viernes se propuso una visita a la Huerta de Tebas, aprovenchando el buen tiempo del mes de mayo donde el campo luce en todo su esplendor.
Nuestro buen amigo Paco Espejo e Inma, nos ofreció la huerta para que organizaramos un día de perol, y donde disfrutamos tanto los mayores como los niños de un inolvidable día familiar.
El menú consistió en una caracolada de 10 kg. de buenos caracoles de la tienda de las hermanas chapetas, y que Manolo Casas se encargo de preparar.
Luego vino un buen arroz de verduras con chorizo que corrió a cargo de Manolo Luque, sin olvidar los aperitivos a base de queso, morcilla, empanadillas, y otras menudencias.
El cortijo de teba, esta situado en las inmediaciones de Santa Cruz, aldea que hasta hace poco tiempo fue una pedanía de Montilla. En la actualidad es dependiente de Córdoba.

Se ubica al pie de la colina de Ategua (ciudad Íbero-Romana) cuyos restos dejan al descubierto que era un poblado fortificado. Dicha ciudad se encuentra en los terrenos del cortijo de Teba que domina la colina y la huerta que queda a bajo junto a la fuente del mismo nombre.
Ategua jugo un importante papel en la lucha entre César y Pompeyo a mediados del siglo 1 a C.

23.8.06

El perol



Los Caracoles

Manolo Casas, preparando10 kilos de caracoles.

En los meses de abril a junio se desarrolla la temporada de unos de los platillos mas apreciados en nuestra zona como son los caracoles.

Sirva de ejemplo decir que en Córdoba capital se consumen más de dos toneladas diarias de caracoles, lo que nos puede dar una idea de la afición que existe hacia este molusco gasterópodo.

Tiene su razón porque en cada barrio se suelen poner puestos de caracoles una costumbre que viene de antiguo y que cada temporada convoca a mas gente para degustarlos. Las forma de prepararlos son los chicos en caldo, y los gordos o cabrillas en salsa.

Manuel Galán, brinda porque los primeros caracoles de la temporada.

Aquí en Montilla, existe preferencia mayoritariamente por los chicos en caldo. No llegaremos seguramente al consumo de la capital pero no estaremos muy lejos si tenemos en cuenta, que aquí no es raro ver al ama o amo de casa salir de la plaza de abastos con su saquito de caracoles recién comprado en el puesto de "El Colombo" y de regalo la hierbabuena.

El buen tiempo llena de gente la calle y las mesillas de los tradicionales bares de caracoles. Si las tapas de caracoles de por si ya pican, mas es el pique que se crea entre los aficionados por saber que bar los pone mas buenos.

Tiempo atrás tenían fama los caracoles del desaparecido Bar Metro o "Sanbombilla".

"El Picaillo"




Manolo Luque, preparando un buen "picaillo de tomate" que dicho sea de paso, como sabe en macetilla de barro que se quiten fuentes de plata.

Ategua


Huerta de Tebas, al fondo sobre la loma se encuentra el despoblado de Ategua. (ciudad Ibero-Romana)

14.8.06

Breve historia de un día de matanza

La idea de preparar un día de matanza, surgió uno de esos viernes que nos juntamos en el Restaurante Los Arcos. Claro esta que se propuso y se llevo a cabo por que hay miembros que saben de qué va el asunto matancero.

Antaño cuando en los pueblos de Córdoba y principalmente en Montilla, que es lo que me toca de cerca, se hacía la matanza se reunía la familia y allegados para entre todos hacer la faena menos penosa y mas festiva.

El día anterior se preparaban las mesas para el despiece, los cuchillos bien afilados , las maquinas de picar y embutir, los barreños y las diferentes especias .

Recuerdo que los chiquillos mirábamos expectantes la salida del cochino agarrado de las orejas por el matarife y el amo. Que buena vida has tenido que mal final te ha quedado, vivió como un señor, ocupando una bajera o la casa del corral o el hueco de la escalera.

Estalactitas selectas de salchichones y chorizos producto de la matanza.

Incluso ahora que ha pasado tanto tiempo aún recuerdo que al salir de la escuela veía los cochinos por la calle guiados por la vara del amo detrás y otro delante con una lata de grano moviéndosela junto al hocico para que el gordo cochino andase camino del matadero.

Por los años 50 y 60 era normal criar el cerdo en el corral de la casa alimentándolo con las sobras de la comida diaria. Hay que recordar que en esos tiempos de estrecheces se consideraba un privilegiado el que podía criar un cerdo para hacer la matanza porque eso le procuraba tener la despensa y las olzas llenas de buena pitanza y pasar un invierno sin canículas. Otros por falta de medios o por no disponer de espacio se tenían que conformar con el olor a cebolla cocida que quedaba impregnado en el ambiente.

Afortunadamente los tiempos han cambiado para bien y hoy esa costumbre se hace mas por el placer de reunirse y pasar unos días probando la carne de cerdo, las chuletas a la brasa, las costillitas, panceta etc. Los jamones al saladero y reservando los lomos y la carne magra para elaborar unos buenos embutidos con la confianza de saber que están hechos a conciencia porque le pones lo mejor.

Hay que rendir un merecido homenaje a este noble animal al que hay que agradecer que en tiempo de escasez su nutritivo jamón salvara más vidas que la vacuna del doctor Fleming ( la penicilina). Y que de tan distinta forma se le llama en las regiones de España para referirse a él : cerdo, marrano, puerco, gorrino, cuto, guarro,etc…

La matanza una tradición que tiende a desaparecer aunque algunos nos empeñemos en revivirla. Hace unos meses leí con agrado una noticia publicada en el diario Córdoba que se hacia eco de una fiesta que se celebro en el pueblo de Villanueva de Córdoba y donde se congregaron unas 2.000 personas para celebrar la segunda fiesta de la matanza. Donde se degustaron migas con torreznos y molodrosco además de parrillada ibérica con panceta, salchichón, chorizo, secreto y pluma.

La fiesta también contó con su pregón y con el nombramiento de la matancera mayor. Una buena iniciativa que contribuirá sin duda a mantener viva esta tradición a la que le deseamos larga vida.