User-agent: Mediapartners-Google Disallow: El Club de la Cazuela: Una imagen para el recuerdo

1.8.09

Una imagen para el recuerdo

Antonio Gómez Herrador (propietario de Taberna la Chiva), junto a los cocineros Carlos Rodriguez Roldán "Carloto", y un jovencito Antonio Mata Jiménez (Bar Mata) en plena labor del loncheado de un jamón.

Las fotografías, las viejas fotografías como esta, tomada en el año 1973 en el transcurso de una boda servida por el Restaurante Don Gonzalo, en el enlace de Mª Dolores Ramirez, hija de Julián Ramirez Pino, desaparecido bodeguero montillano (Bodegas Montulia), tienen ese alo de ser notario fiel de la historia. Aunque a veces, este tipo de documentos solo revista importancia para los que aparecen retratados, no por ello, deja de ser historia personal, y en este caso una página gráfica de un momento de la vida de estos profesionales de la hostelería.

Estamos en un día de verano como el de aquel año, pero con la diferencia de haber visto pasar las hojas de 36 almanaques con sus correspondientes cajas de polvorones. Y aunque los años trancurridos hacen mella en las personas, todavía hoy, estos veteranos profesionales siguen al pie del cañón. Después de un mas que sobresaliente magisterio de formación en este restaurante decidieron un día dirijir su propio destino.

Antonio Gómez, se hizo cargo de Taberna la Chiva, una antigua taberna ubicada en la confluencia con la calle Ancha, fundada en el año 1935 por Nicolás de la Torre (antiguo curtidor de pieles generalmente de cabra, de hay nace el sobrenombre que la gente dió a esta típica taberna montillana).

Antonio, con el tiempo ha convertido esta clásica taberna en un establecimiento moderno, pero decorado con gusto a base de maderas nobles y barro. El local ocupa la planta baja de la casa y en el sótano ha creado un salón-bodega, para mayor disfrute de la clientela.

Unos años más tarde el otro compañero de la foto Antonio Mata, también emprendió el vuelo y plantó su negocio en la populosa y alegre barriada de El Gran Capitán. Donde hoy regenta el conocido Bar Mata.
Ambos establecimientos gozan de un bien ganado prestigio culinario, en cuyas cocinas se elaboran auténticos manjares de nuestro recetario tradicional, pero eso si, aportando cada uno a sus creaciones su toque personal.

Buen ambiente, buena cocina, buen servicio, e inmejorable clientela es la que podemos encontrar en estos establecimientos. Merece la pena una visita.

No me olvido de Carlos Rodriguez "Chef Carloto", que después de mucho años al frente de los fogones dando todo de si goza de una merecida jubilación en el pueblo de Fernán Nuñez.

2 comentarios :

Puntiyo dijo...

Si un día vamos a Montilla nos vamos a conocer todas las parroquias, je, je

Julio Portero dijo...

Yo seré encantado tu cicerone. Y
recorreremos los santuarios del Dios Baco, donde tendremos las necesarias paradas vianderas para rellenar los huecos que nos deje el trasiego del néctar baquico.