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17.9.07

Restaurante Sol de España (U.S.A.)

Joaquin Serrano, presentando una suculenta paella Esplendida paella de mariscos presentada por Joaquín Serrano, en su restaurante de Rockville, Maryland.
Joaquín Serrano, es un restaurador andaluz y más concretamente cordobés del pueblo de Espejo. Ha pasado mucho tiempo, más de 30 años desde que sus paisanos lo vieran marchar por primera vez para los Estados Unidos. Pero, nunca ha olvidado sus raíces y procura sacar tiempo para visitar cada año a sus familiares y amigos de Espejo.

He tenido la oportunidad de conocerlo y mantener amenas conversaciones sobre aspectos de la gastronomía de aquí y de la otra parte del charco. Joaquín, es todo un personaje, simpático, espontaneo, se bebe la vida a solbos y, es un hombre de mundo en el que se aprecia que se ha hecho así mismo a base de mucho trabajo. Por su labor callada difundiendo nuestra gastronomía debemos considerarlo digno embajador de la cocina española y, debería ser entendido así igualmente por otros estamentos (existen mas cocineros españoles en los Estados Unidos aparte del mediático Jose Andrés).

Este andaluz ha sabido enseñar a los norteamericanos la grandeza de nuestros productos y, la rica culinaria de nuestro país. Introduciendo hábitos gastronómicos, y otra forma de alimentarse que nada tiene que ver con la crema de cacahuetes, el maíz con mantequilla, hamburguesas, y perritos calientes, por mencionar algunas costumbres alimenticias de los ciudadanos norteamericanos.

Se instaló en el condado de Montgomery, en la ciudad Rockville (Maryland). Donde después de dirigir varios negocios actualmente regenta el restaurante Sol de España, en el que se sirve la mejor cocina tradicional española que se pueda encontrar por aquí.

Igualmente, ofrece todo un mapa gastronómico de nuestra tierra. Desde la popular Paella Valenciana de mariscos, que es toda una institución entre los habitantes de este lugar en sus distintas versiones (de mariscos, mixta, verduras). Pasando por la Trucha a la Navarra, Zarzuela de mariscos (con gambas, almejas, rape, vieiras, calamar...), Gazpacho Andaluz, Pez espada a la cordobesa, Codornices a la sevillana, Croquetas de bacalao, y la amplia oferta de carnes (cochinillo, cordero, ternera), y un sinfín de tapas de genero andaluz completan parte de la oferta de este restaurante, porque enumerar su carta sería extenso. Pero no debemos olvidar el broche de cualquier comida, el carro de los postres, repleto de pasteles de elaboración propia.

Serrano, cocinero-propietario, comanda la cocina de este restaurante asistido por su equipo de cocineros. Se puede decir que Sol de España, a puesto una pica en Rockville.

Restaurante Sol de España,
838C Rockville Pike ,
Rockville, MD 20852
(240)314-0202

4.9.07

Al final del verano

Jose, enseña a Carmen el manejo de las pinzas en la barbacoaEl experto asador Jose, enseña a Carmen en el manejo de los utensilios que se emplean en la barbacoa.
Vuelvo a insistir con la barbacoa porque el asunto tiene mucho juego a la par que fuego chispeante de negro carbón. La incombustible y sufrida barbacoa móvil que tan buen comportamiento ofrece desde el comienzo de verano, esta llegando a su ocaso estival. Se aproxima el otoño y eso significa recoger velas ante el inminente cierre de la temporada de piscinas y festines campestres. Esta es una razón de peso para ir apurando las escasas veladas de asueto que nos quedan para quemar el último saco de carbón y, de paso, apurar de víveres la menguada despensa antes de que las noches de relente empiecen a hacer acto de presencia, y ello nos obligue al recogimiento nunca deseado.

El asador oficial de estas barbacoas veraniegas ha sido nuestro buen amigo Jose, hábil caballero del fuego, de brazo diestro en el manejo de pinzas y tridentes sabe salir como siempre victorioso cuando se enfrenta a las encadenadas longanizas de calidad extra, a los chorizos en sarta de Espejo, y a las magras piezas de animales nobles.

Te espero con anhelo querido verano, porque traes alegrías a los corazones, y mucho sol, y calor a los cuerpos poco acostumbrados y también nos traes a las molestas moscas. Pero a pesar de ello somos como el amante enamorado, el placer vence a los inconvenientes. Porque este sol del Sur es presente y futuro de nuestra singularidad andaluza. Deseando estoy tu vuelta que nunca será regreso porque siempre te presentas renovado y diferente.

12.8.07

Cocineros sin sueldo

Solano Salido, avivando el fuego del perol.

Sirvan estas sencillas palabras como homenaje a esas personas que se enfundan el delantal para confeccionar el menú a los amigos. Porque considero que con su labor contribuyen a fomentar la convivencia entre las personas, y de paso a que los amigos confraternicen alrededor de un buen plato de arroz y una copa de fino de Montilla-Moriles.

Tengo la completa seguridad que todos tenemos un amigo cocinillas -dicho sea con todo cariño-, o conocemos a alguien al que se le da bien la cocina. Me estoy refiriendo a esos cocineros sin nómina que se sienten satisfechos cuando al término de la jornada reciben las felicitaciones de sus comensales. Y es que, la dedicación y entrega de la que hacen gala harían impagable su trabajo en el que acostumbran a poner el alma y la sal. Mientras, como ocurre casi siempre en estos eventos el resto del personal con la copa en la mano observa y opina.

Ramón Marquez y Solano SalidoA nadie se le ocurre organizar un día de perol bullanguero sin pensar primero en el oficiante de las viandas. Algo parecido si no igual le ocurría en sus años mozos a nuestro amigo de la foto el maestro Solano Salido, que aparte de artista en la talla de la madera ha sido el cocinero oficial en incontables paellas y peroles como gusta llamar en nuestra Córdoba. Con la particularidad de que a nuestro amigo en más de una ocasión le pasaba como al Sastre del Campillo: "cosía de balde y ponía el hilo".

Solano, tomó el relevo en este tipo de acontecimientos de su amigo Antonio López "El Cesto", del que aprendió los secretos y las virtudes del arroz para deleite de sus numerosos amigos por citar: el gremio de la madera, marmolistas, funerarios, y hasta la nutrida comunidad religiosa de San Sebastián se han deleitado con sus guisos.

Esta instantánea recoge el ambiente festivo que se vivía ese día. Una jornada de perol con marmolistas y funerarios, oficios muy vinculados sin lugar a dudas. Solían tener su encuentro gremial pasado el día de los difuntos. Con el paso del tiempo este tipo de encuentros festivos se han ido disipando.

El cura D. Antonio León, bendice la paella que se disponen a comer el gremio de carpinteros.Esta otra fotografía, corresponde al gremio de los carpinteros que celebraban su encuentro el día 1 de mayo, festividad de San José Obrero. Como en todo acto de relevancia que se precie no podía faltar la presencia del señor cura, en esta ocasión recayeron los oficios en D. Antonio León, quien presidio y bendijo la comida que entre otros alimentos se componía de una suculenta paella.

23.4.07

Sopaipas

Rosa Cuesta, Aurora madre de Marisa y Paqui Feria, friendo sopaipas.- J.PorteroAurora García, fríe sopaipas mientras las más jóvenes Rosa Cuesta y Paqui Feria, colaboran y de paso aprenden; esta es una manera práctica de trasmitir las tradiciones para que no se pierdan.
La madre de mí amiga Marisa, es una excelente cocinera como quedó demostrado el pasado domingo con su soltura para prepararnos unas ricas sopaipas acompañadas de chocolate en el cumpleaños de Cristian, al que acudimos unas cuarenta personas entre familiares y amigos, la mayoría de buen saque, yo diría que de muy buen saque, y en el que hubo vituallas suficientes como corresponde a los buenos anfitriones que son Jose y Marisa. El evento se celebró en su casa de campo.

Hecha la crónica de sociedad, diré que el origen de la palabra sopaipa proviene de los árabes que la llamaban así y que venia a significar “ masa frita”. Tal vez por ser el reino de Granada el último reducto árabe hasta el siglo XIV explique porque esta elaboración culinaria este mas asentada en Andalucía. Ejemplos tenemos muchos, desde el más común, que se ha repetido multitud de veces en artículos de gastronomía, como es que nuestro cocido proviene de la olla podrida y ésta, a su vez, del plato judío adafina, hasta platos que aún se siguen haciendo en algunos pueblos del sur como son las sopaipas y almojábanas o buñuelos de origen árabe.

Las sopaipas sin ser un dulce propiamente dicho pues ya hemos explicado su cuna cabe recordar que en los tiempos de penurias este engrudo de agua y harina paliaba la hambruna que nos dejo la posguerra.
Para hacer las clásicas sopaipas se necesitan los ingredientes siguientes:
Agua caliente, sal, vinagre , aceite, harina de trigo.

A partir de estos ingredientes básicos encontraremos muchas variantes, por ejemplo, hay quien sustituye el vinagre por algo de levadura, quien le pone huevo a la masa y el resultado sigue siendo bueno.

Las cantidades estarán en función del volumen que necesitemos hacer.
Se caliente agua y cuando este hirviendo se le echa un chorreoncito de vinagre (sustitutivo de la levadura) y otro de aceite y sal al gusto. apartamos y vamos incorporando la harina de trigo hasta conseguir una masa que no se pegue en los dedos y dejaremos reposar al menos unos 15 minutos.


Ponemos unas gotas de aceite sobre la mesa de trabajo para que la masa no se pegue, vamos tomando puñaditos de masa que extenderemos con rodillo hasta formar una torta fina que cortaremos en trozos rectangulares de unos 15 cm. aproximadamente, y se fríen en abundante aceite muy caliente, momento en que se inflaban con el vapor que se genera en el interior. Cuando estén doraditas se sacan y se colocan en una bandeja sobre papel absorbente. La costumbre es tomarlas acompañadas de chocolate.

21.4.07

Loncheador de jamón

José Morales,ante una pieza sublime con un corte intachable desde el jarrete a la punta pasando por la masa, solo el tiempo da esta destreza.- J.PorteroUno de los manjares mas preciados que uno pueda llevarse a la boca es sin duda alguna el jamón ibérico. Junto a la calidad de este producto netamente autóctono y que solo existe en la península que le ha dado su nombre. El cerdo ibérico es una raza especial única y con matices que lo diferencian de otras que no lo son.
Para distinguir un jamón ibérico puro son esenciales algunos aspectos a tener en cuenta: que la pezuña sea negra y sin pelo, que la caña sea larga y que sea muy fina; cuanto más fina es, más puro es el cerdo, y pasando al corte se debe apreciar que las lonchas sean brillantes por el bajo punto de fusión de la grasa debido a la alimentación con bellotas. La carne magra de color rojizo con vetas de grasa entreveradas, y en lo referente al paladar que decir de su sabor único.

Jose Morales y Manuel Torres custodiando este ejemplar de jamón ibérico de montanera. Pero todas estas peculiaridades, todos estos cuidados en la elaboración de este genuino pernil quedaría incompleto si a la hora del loncheado no se le pusiera el mismo mimo. El jamón tiene su corte y tiene su hilo como le ocurre a las maderas nobles no se puede cortar de cualquier manera, por este motivo, se hace mas presente la necesidad de contar con alguien que luego sepa sacarle el máximo de sabor en cada loncha, y es hay, donde entra en juego la mano experta de un cortador de jamón para sacarle finas lonchas con corte firme -sin escalones-. La presencia de un maestro loncheador en cualquier evento pone el sello de calidad que precisa el acto y a la vez hace bueno al mas discreto de los jamones, que no es el caso que nos ocupa pues el pernil de este noble animal que vemos dio su juego y su comportamiento en el paladar aún se recuerda y se recordará por más tiempo el regusto que dejo en las gustativas de los comensales que no consintieron su indulto aquella tarde.

16.4.07

Encuentro gastronómico

Promotores del primer encuentro gastronómico de profesionales de la restauración.- J.Portero El chef Paco Comino, el barman Manuel Cantillo y el maitre Manuel Torres.

El jefe de cocina Paco Comino del restaurante Los Arcos, mantuvo ayer una charla con compañeros del sector de cara a la preparación de un encuentro gastronómico para profesionales del sector de la restauración. Se pretende con este tipo de encuentros -según palabras de los promotores- dignificar esta profesión, compartir experiencias y que entren en valor la figura de los responsables de sala que son la carta de presentación de cualquier restaurante y de los cocineros artesanos , alejados de los grandes chef mediáticos y que desempeñan una labor poco reconocida; no hay que olvidar, que con su labor callada son los mantenedores de nuestra tradicional cocina regional.

La hostelería es toda una profesión, es vocación y es arte. Un trabajo tan aparentemente sencillo como complicado, pues aquí se combinan la técnica, con la psicología y con la paciencia.

10.4.07

Camareros

Personal de cafetería del Hotel Don Gonzalo (c) Julio Portero
Foto: Julio Portero
Los barman: Manuel Alguacil, Rafael Quintero, y el joven Francisco Solano Montoya.

P
artimos de la base de que esta profesión te tiene que gustar, no todo el mundo sirve para este oficio, en el que la jornada se desarrollo con muchas horas de pie, se trabaja cuando los demás se divierten, apenas se disfruta de la familia, y cuando llegas a casa después de una larga jornada te los encuentras a todos dormidos... etcétera, etcétera.

A lo largo de estos años he conocido en la hostelería una jerarquía de profesionales que van desde el maitre y su brigada compuesta por sus jefes de sector, jefes de rango, camareros, ayudantes, y comis. Sin olvidar la cocina con los Chefs y su partida de cocineros y pinches, cada uno responsable de un segmento, cuarto frío, pescados, carnes...

Esta escala de categorías se puede ver a partir de establecimientos de mas de tres estrellas o tenedores, de ahí para abajo y, de unos años para acá, la cosa funciona de diferente manera porque se emplea mucho la persona para todo, o vulgarmente llamado llave inglesa, empresarios mas pendientes de la caja que de la calidad del servicio que ofrecen en sus establecimientos, son los que desmerecen esta profesión. Cubren puestos de profesionales con personas sin experiencia a las que dan un abridor y que destapen bebidas por las mesas.

Quiero recordar, que desde muy antiguo los llamados oficios, esos que se desarrollan con las manos y en este caso también se precisa de buenos pies han requerido del aprendizaje siempre al lado de un maestro que es quien se encargaba de trasmitir sus conocimientos al bisoño aprendiz.

De un tiempo a esta parte parece que se pretende subsanar esta carencia de profesionalidad con las escuelas de hostelería, las cuales intentan dar una formación que conlleve también una salida al mundo laboral de los jóvenes.
Pero hay aspectos que escapan a las enseñanzas de una escuela de hostelería y son las que se aprenden en el transcurso de una dilatada vida en este gremio, y que, dificílmente te podrá enseñar ninguna escuela.

Unos apuntes muy básicos:No hay que perder los nervios en situaciones de muchísimo trabajo.
Saber estar, porque lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo presta. Esto es algo que se comprende con el trabajo diario.
Ser honesto y no engañar a nadie.
Ser amable sin entrar en el servilismo.

Tengo una máxima, y es que sostengo que los trabajadores de hostelería solo les falta una asignatura para ser sicólogos.

28.3.07

Tiempos de vino y rosas

Dando buena cuenta a un pescadito malagueño y otras viandas.-J.PorteroFrancisco Ruz Martinez, rodeado de compañeros y amigos destaca por su altura y por su calidad humana.
La selección española posando para los medios.-J.PorteroAntonio Córdoba Castilla, el primero por la izquierda de pie, con sus inseparables gafas de sol imprime seriedad al conjunto y ejerce de mister en este improvisado "equipo de fútbol".
Personal D.G.un día de convivencia.-J.PorteroRecordar es volver a vivir, o algo parecido me ocurre cuando veo esta serie de fotografías en la que se trasmite buena camaradería o buen rollito que se dice ahora.
Su tratamiento en blanco y negro las hace mas intemporal si cabe, aunque todavía no ha tomado la patina del transcurrír del tiempo. Las mujeres como el buen vino con el tiempo han ganado bouquet y se siguen manteniendo bellas. No han pasado los años por ellas. Los hombres en cambio, nos han caido los años de sopetón, lucimos canas, galopantes alopecias y una ligera - de momento - curvita abdominal producto del buen trasegar y mejor yantar.

22.12.06

Para abrir boca

El chef José Morales, en plena preparación de unas cucharas de escalibada rematadas con unas anchoas de Santoña, bajo la atenta mirada de la joven Virginia Torres.
La Escalibada es un plato típico de Cataluña y la Comunidad Valenciana que consta de verduras asadas: berenjena, pimiento, cebolla y tomate. Su nombre proviene del verbo catalán escalivar que significa "asar al rescoldo" y tiene su origen en las comunidades rurales. Es un plato bajo en calorías y de alto contenido en fibra.
Las verduras se asan, a la parrilla o en el horno, hasta que están cocidas. Se dejan enfriar para después pelarlas y despepitarlas. Para servir, se cortan en largas tiras de forma longitudinal y se aliñan con aceite de oliva y sal. Es un plato que se come a temperatura ambiente por lo que suele ser más habitual su consumo en los meses de verano.
La escalibada puede comerse sola o como acompañamiento de un plato principal (carne, pescado,...). Una forma típica de consumo es presentar la escalibada sobre una tosta de pan y acompañarla con unos filetes de anchoa. Otra de las múltiples versiones que tiene este plato es la de presentar la escalibada en forma de mousse o de pastel.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Escalibada"

Escalibada presentada en cuchara china.

12.10.06

Julio Salas, barbero

La barbería de los pajaritos
El trabajo le otorga dignidad al ser humano. Las personas sencillas van forjando día a día la historia de nuestros pueblos.

Julio Salas, ha sido uno de los últimos barberos de la antigua escuela en retirarse y cerrar su pequeña barbería, estaba situada en la esquina de la Plaza de La Aurora. Existía desde el año 1961, cuando “el barrio de las Casas Nuevas, por esa época era un descampado. No existía todavía el cine Imperial que se construyó años mas tarde, y que en la actualidad se ha convertido en frutería y en bloque de viviendas.
Julio Salas, el barbero

"Lo que si había –comenta- eran moscas, y malos olores provocados por el basurero, en cuyo solar se levantó hace años la iglesia de La Asunción. Donde cada día las campanas tocan a gloria por la limpieza que existe en el barrio.
Fue gracias a las colaboraciones y al trabajo de los vecinos, como se construyo la iglesia. “Yo mismo,-recuerda Julio Salas- más de una vez ayudaba con la mezcla y los ladrillos, y Don Antonio, el párroco se arremangaba la sotana y se convertía en un albañil más. Los que llevamos aquí más de cuarenta años, podemos contarlo, porque lo hemos vivido. Este barrio que ahora se ve tan bonito, era antes la periferia de Montilla, este era el barrio de los obreros”.
Su típica barbería estaba flanqueada a un lado por la pescadería de Isidoro Polo “El Gamba”, y al otro por el campanario de La Asunción, durante los años que estuvo abierta se conservó como el día que se abrió, un martes 14 de Abril de 1961.
A ambos lados de la entrada, colgaban media docena de jaulas con jilgueros y canarios. Estos pajaritos que eran la pasión de este barbero deleitaban a la clientela con sus gorgoritos y sus trinos. En el interior, sus paredes blancas y escuetas estaban adornadas con unas rancias fotografías de fútbol: algunos almanaques de discreto motivo y, donde los calendarios que antaño ilustraban las paredes de estos santuarios de hombres estaban en un rincón apartado de la vista de la calle atestado de lozanas hembras.
Mientras conversamos, no le quita la vista a la cabeza del ínclito pelado. El tric,tric, de las tijeras se hilvana con el canto de los pajaritos.
Este sin par barbero, que con nueve años ya pisaba una barbería cuenta que aprendió este oficio de Manuel Redondo Sánchez “Berralichi”, antiguo barbero del Casino Montillano, popularmente llamado “casino de los señores”.
“Costaba mucho aprender, porque no había nada más que un sillón y siempre era el maestro el que arreglaba a los señores. Yo me limitaba a mirar y preparar el agua caliente para los afeitados”.
Hubo en Montilla, hasta 24 barberías, de las cuales solo quedaba una la del Miguel Alcaide, hijo de “El Marrueco”, que cerró el mes pasado.
Apelativos tales como: “El Niño Juan”, “Los Barberitos”, “El Niño la Brocha”, “Afeita Muertos”, “Berralichi”, “El Tapirojo”, “El Torrezno”, “El Niño el Lunar”, “El Marrueco”, “El Pirulo”, “El Maestro Patillas”, "El Soto"... etcétera.
Estos entre otros son los apodos cariñosos por lo eran conocidos estos insignes barberos.
Esto nos puede dar una idea de la popularidad que gozaban las barberías, donde se improvisaban amenas tertulias.

Cada cierto tiempo, los maestros barberos se reunían para acordar la tarifa de precios. ¡¡ “aquello era la guerra”!!, nadie se ponía de acuerdo, unos querían la subida con arreglo al poquito de lujo que habían incorporado a sus negocios: sillones americanos, espejos, etc. Los otros que tenían sillones d madera querían dejar los precios como estaban, porque su clientela era más modesta.

En el año 50, por un afeitado se cobraba una peseta, y por un corte de pelo 1,50 ptas., se hacían los cortes de moda en aquel tiempo: estilo Parisien, Amadeo corto, a lo Alfonsino, Raio con flequillo, este corte era más propio de la chiquillería.

Don Fernando, por aquel tiempo párroco de la iglesia de San Sebastián, entregaba vales de caridad a las familias necesitadas para que pelasen a sus hijos y no albergaran piojos en sus cabezas. Estoy seguro que todavía habrá quien recuerde su cabeza monda y lironda, y el “Vale por un Pelao”.

También se hacían “las igualas”, que no era otra cosa que un precio convenido por varios afeitados, arreglo de cuello y un corte de pelo, y se pagaba todos los meses. Ahora se pasan los meses y no se pela nadie. El Hombre era antes más cuidadoso; eso de llevar los pelos por las orejas no se veía en ningún sitio, se ha perdido la costumbre de afeitarse por un profesional.
“Esta profesión,-concluye el maestro- debería de ser como la fauna, los oficios antiguos tendrían que estar protegidos”.

(c) Julio Portero

Rafael Raya, una vida dedicada a la zapatería

Este oficio esta unido al “andar” diario de este pueblo desde el esplendor comercial de Montilla en tiempos de las fábricas de curtido de pieles.
Este es el testimonio del último de una generación de zapateros que han continuado día a día su labor desde que empezara como aprendiz a los 16 años, agarrando la lezna, el cabo, la aguja; hasta esculpir en la horma su primer par de zapatos, corría el año 1946.

Tiene Montilla una estrecha calle que conduce a la iglesia de San Francisco Solano (Patrono de la ciudad), frente a esta existía una pequeña zapatería detenida en el tiempo. Conservaba la fachada encalada y una vieja puerta acristalada que dejaba pasar algo de luz al interior del austero taller. Desde su modesta zapatería en la que se instaló en el 1954, ha visto la transformación que ha experimentado la calle “El Santo”, como popularmente se conoce a esta céntrica calle montillana. Desde las varias reformas que ha sufrido el pórtico de la iglesia, a los desparecidos comercios. Incluso recuerda el adoquinado que presentaba la calle antiguamente. En algunas ocasiones el repicar de las campanas se acompasa con el sonido machacón de su martillo.
Entregado en el arreglo de una nuevas tapas repasa con la cuchilla la goma sobrante, con la destreza que solo da los años de un oficio bien aprendido. Sin perder el hilo continua contando aspectos de cuando este oficio era próspero. Siempre, sin despegar la vista de lo que esta haciendo; cuando lo hace mira fijamente por encima de las gafas. “Antes –continua diciendo- existían en Montilla muchos zapateros, en la calle Fuente Álamo estaba Manuel Jurado, en la esquina estaba”Violencia”, y Arturo, más abajo en la calle La Gavia, “Molleja”, que en sus últimos años se aficionó al “Séptimo Arte”, y ejerció de portero en el cine del Teatro Garnelo.

Una pausa para recordar le sirve a nuestro personaje para continuar haciendo recuento de sus colegas. “También estaba la zapatería de “El Coca”, que tenía trabajando a cuatro zapateros. Uno de ellos era “Antonio pesetas”, ese para el calzado de señora era el número uno. La zapatería de Robles, que estaba en la calle Enfermería. Había otra en la calle Virgen del Carmen, y en la calle Ciprés. Por todas las calles había zapateros, y ahora estamos más claros que los “Obispos en Rusia”.

Hubo un tiempo en el que Montilla contó con numerosas fábricas de curtidos de pieles. El barrio de las tenerías estaba enteramente dedicado a esta industria. Hoy, de aquella prosperidad no queda ni rastro, si acaso el recuerdo nostálgico que aún permanece en la memoria de nuestros mayores.

“Antes el calzado se hacia a mano, no había fábricas que lo hicieran. Yo, gracias a Dios -puntualiza-, aprendí a hacer de todo: botas finas, entrefinas, de campo, zapatos de señora, sandalias para la vendimia, botas para las aceitunas, botos, que se hacían muy poquitos, pero hice algunos. En mí zapatería entraba todo el mundo, gente humilde y otros con posibles, y procuraba siempre atenderlos lo mejor que podía.

Recuerdo, que le hice unos zapatos bajos para la Semana Santa a un hijo de “La Clarita”, que era retratista, y recuerdo que le lleve 275 ptas hace 50 años, y me dijo: “mire Rafael, estoy esperando que me paguen mil y pico de pesetas de una boda, y eso tardará un par de días, si quiere me los llevo y a la ná se los pagaré.

Pasaban los días y no venía. Un mes y otro, y nada. Y resulta que había aquí, un guardia civil que se apellidaba Bueno, y era conocido por el apodo de “El corneta” (porque ejerció de tal en la guerra civil), le comenté y me dijo lo siguiente: “Lo que tienes que hacer es pasarte por el cuartel, que yo tomaré nota de ese sujeto”. Claro, yo quería que me pagara pero aquí sabíamos todos como las gastaba “El corneta, ¡daba tortas para dar y regalar!. Vamos, que engordaba el tío pegando a la gente. Así que, me dió lástima y no le denuncie, con lo que perdí el dinero y los zapatos”.

Hoy en día, las zapaterías como todos los oficios han quedado relegadas por la fabricación en serie. Ahora lo poco que se hace es todo de reparación; cuatro suelas y cuatro tapas.
“Esta profesión, -sentencia este veterano artesano- con el tiempo se perderá totalmente porque enseñarse a zapatero, no se enseña nadie hoy día”.

El olor característico a cuero que antaño envolvían a estas zapaterías, se ha esfumado con el inexorable paso del tiempo. De igual manera que la estirpe de artesanos del calzado que poblaban nuestras calles.

El futuro que depara a este oficio salvo que alguien lo remedie se presenta tan oscuro como la negra goma que vienen empleando en la reparación.

Útiles como: las hormas, la pantómetra, la pata de cabra, las leznas, la pileta, los cáñamos a base de cerote que daban lugar a los recios cabos, están cada vez más en desuso, y donde las planchas de goma han sustituido a las genuinas suelas de cuero.

Julio Portero

11.10.06

Miguel Polo, artesano de la cestería en vareta de olivo

Las personas sencillas pasan de puntillas por la vida. Cuando se ausentan, permanece el recuerdo de sus vivencias en el corazón de aquellos que los trataron, amaron, o respetaron.
Miguel Polo, heredó de su padre el oficio de la cestería en vareta de olivo, tenía fama de hacer las mejores canastas y enjugaderas, estas se usaban para secar la ropa en invierno al calor del brasero de picón. Las canastas para la recolectar la uva, o la aceituna que eran de menor tamaño.
Con el progreso llegó el plástico y dio al traste con este oficio.

Tiempos de vendimia

Molturando el ollejo o Piso un subproducto de la uva.-J.Portero
LLenando las tinajas con el mosto nuevo.-Foto J.PorteroTrabajadores en la lagareta molturando la uva.
Trabajadoras de Bodegas Cobos, en las labores de embotellado y etiquetado del vino.
El transporte de la uva hasta el lagar se hacía en cestos de vareta de olivo, que eran llevados en carros tirados por mulas.

Curro, el panadero



El entrañable Francisco Montoya Córdoba, nos dejó en fecha próxima a la Navidad de 2013
Era conocido popularmente por "Curro el panadero",  esta gran persona enfundada en un cuerpo menudo  albergaba un gran corazón. Dedico toda su vida a la panadería.  Un oficio aprendido  desde su más corta infancia y que le enseño que hacer un buen pan no tenía secretos para él.  Desempeño  todas las labores que se desarrollan en una tahona, de la misma manera que con sus manos daban forma a las diferentes piezas de pan que preparaba para el horno: la viena, barra, rústica, rosco, boga, mollete... etc, etc… Para salir luego a la calle con su inseparable carrillo a vender las piezas recién salidas del horno, a la vez que daba el aviso a los clientes voceando por los portales: "el paaann".

Hoy observamos  con nostalgia como han cambiado los tiempos sobre todo, en la forma de venta de este producto de primerísima necesidad. Atrás quedó el pasar frío y pedalear cuesta arriba y frenar cuesta abajo, y de vez en cuando tocaba empujar el triciclo cargado de piezas de pan. Ahora, la voz de aviso del panadero  se ha sustituido por el vespertino, y molesto claxon de las furgonetas de pan ambulante.

Moreno, el jardinero

Jose Ruz, con sus herramientas de trabajo junto a la pajarera del Paseo de Mercedes (Montilla)

José Ruz Rasero, conocido por los montillanos por el apelativo cariñoso de "Moreno", Desempeñó su trabajo como operario municipal en la recogida de residuos sólidos como gusta llamar ahora al servicio de limpieza, hasta que se privatizo este servicio y le dieron el destino de parques y jardines.

Durante bastantes años fue el encargado de mantener el Paseo de las Mercedes en perfecto estado de revista. Hoy disfruta de su merecida jubilación.

Desde este blog le dedicamos estas lineas como muestra de nuestro sincero reconocimiento por los años que compartió con los vecinos de la barriada de Las Casas Nuevas de Montilla.

2.10.06

Al final del verano

Con un encuentro gastronómico despedimos el Sábado 30 de septiembre, el veranillo del membrillo. El menú consistió en unos sencillos aperitivos a base de queso, fuet, y encurtidos variados, para entrar de lleno en los platos fuertes del almuerzo a base de "Callos a la andaluza" y "Manitas de cerdo" preparados por Manolo Casas. También se degusto presa ibérica a la parrilla y otras piezas de este noble animal. Todo este ágape estuvo regado con vino de la bodega de la casa. El postre estuvo elaborado por la confitería de Manuel Aguilar, del que dimos rendida cuenta y nos deleitamos con su " Torta Regada" y "Pastelón" (dulce a base de hoja de hojaldre,cabello de ángel y cobertura de merengue). Repostería típica montillana cuyo prestigio y calidad traspasa nuestras fronteras. Concluyó el almuerzo con café, copa y puro.
Al término de la velada y llegada la noche, nos despedimos con churros caseros y chocolate.

Amigos de "La Cazuela", trabajando en equipo en la preparación de las viandas que componían este pantagruélico menú.

23.8.06

Los Caracoles

Manolo Casas, preparando10 kilos de caracoles.

En los meses de abril a junio se desarrolla la temporada de unos de los platillos mas apreciados en nuestra zona como son los caracoles.

Sirva de ejemplo decir que en Córdoba capital se consumen más de dos toneladas diarias de caracoles, lo que nos puede dar una idea de la afición que existe hacia este molusco gasterópodo.

Tiene su razón porque en cada barrio se suelen poner puestos de caracoles una costumbre que viene de antiguo y que cada temporada convoca a mas gente para degustarlos. Las forma de prepararlos son los chicos en caldo, y los gordos o cabrillas en salsa.

Manuel Galán, brinda porque los primeros caracoles de la temporada.

Aquí en Montilla, existe preferencia mayoritariamente por los chicos en caldo. No llegaremos seguramente al consumo de la capital pero no estaremos muy lejos si tenemos en cuenta, que aquí no es raro ver al ama o amo de casa salir de la plaza de abastos con su saquito de caracoles recién comprado en el puesto de "El Colombo" y de regalo la hierbabuena.

El buen tiempo llena de gente la calle y las mesillas de los tradicionales bares de caracoles. Si las tapas de caracoles de por si ya pican, mas es el pique que se crea entre los aficionados por saber que bar los pone mas buenos.

Tiempo atrás tenían fama los caracoles del desaparecido Bar Metro o "Sanbombilla".

"El Picaillo"




Manolo Luque, preparando un buen "picaillo de tomate" que dicho sea de paso, como sabe en macetilla de barro que se quiten fuentes de plata.